Los precios del gas israelí van a subir a más de 8 NIS (2,34 dólares) por litro para el mes de julio, según las evaluaciones, acercándose al récord de 8,25 NIS por litro de septiembre de 2012.
El precio del gas viene determinado tanto por el tipo de cambio entre el dólar estadounidense y el shekel israelí como por el precio del barril de petróleo. Los precios estándar del gas en todo el país son fijados al final de cada mes por el Ministerio de Finanzas.
Las tarifas del impuesto especial israelí sobre el gas también intervienen en la fijación del precio de la gasolina. La tarifa se ha reducido en medio shekel hasta finales de julio.
La semana pasada, el ministro de Finanzas, Avigdor Lieberman, anunció la intención de su ministerio de reducir el impuesto en un shekel hasta finales de octubre, pero no ha comentado nada al respecto desde entonces. Más de la mitad del precio israelí por litro son impuestos.
En el mes de junio, el coste de la gasolina subió a 7,72 NIS/litro (8,52 dólares por galón) en las estaciones de autoservicio, lo que supone una subida de 66 agorot (0,19 dólares) respecto al mes anterior.
El precio del petróleo se disparó a 122,11 dólares por barril el 8 de junio -el precio más alto desde el 8 de marzo- y desde entonces ha bajado a unos 110 dólares en la mañana del martes. Este cambio se debe probablemente a la liberación de las reservas de petróleo de Estados Unidos y al aumento de la producción de petróleo en países como Estados Unidos y Libia.
El dólar también ha subido en relación con el shekel durante el último mes y ahora vale 3,42 NIS.
El 29 de mayo, cuando el Ministerio de Finanzas publicó el precio del gas para el mes de junio, un dólar estadounidense equivalía a 3,34 NIS, y el petróleo se situaba en torno a los 115 dólares por barril.
La inflación mundial ha hecho que el precio de los bienes de consumo aumente drásticamente, y la invasión rusa de Ucrania a finales de febrero ha exacerbado aún más los precios. Rusia, uno de los exportadores de gas natural del mundo, ha sido excluida de los mercados de EE.UU. y el Reino Unido, y los países miembros de la UE han prometido eliminar gradualmente su dependencia del petróleo ruso.
China ha comprado a Rusia cantidades récord de petróleo, a precios inferiores a los de los países occidentales, lo que ha reducido el precio medio del barril.