Las principales compañías estadounidenses dedicadas a la explotación de esquisto están revisando sus previsiones de producción para este año. Esto se debe a que las mejoras en la eficiencia les permiten extraer más petróleo sin incrementar los costos, o incluso reduciéndolos. Estas mejoras han llevado a los analistas a advertir sobre un posible exceso de oferta en el mercado.
Este mes, Reuters informó que varios grandes productores de petróleo de esquisto han ajustado sus previsiones de producción para 2024 durante la presentación de sus resultados correspondientes al segundo trimestre. Entre las empresas que han revisado sus cifras se encuentran Diamondback Energy, APA Corp, Devon Energy, Occidental, así como las gigantes del sector petrolero, Chevron y Exxon.
Todas estas compañías, junto con otras que también esperan incrementar su producción este año, atribuyen este aumento a las mejoras en la eficiencia operativa. Este incremento en la eficiencia podría, eventualmente, derivar en una reducción de los precios del petróleo.
Tras las revisiones anunciadas por estas empresas líderes en la producción de esquisto, el grupo Macquarie pronosticó que la producción de petróleo en Estados Unidos podría aumentar en medio millón de barriles diarios este año. Esta cifra supera las estimaciones de la Administración de Información Energética (EIA, por sus siglas en inglés), que había proyectado un crecimiento de 300,000 barriles por día (bpd).
Esta proyección representa una desaceleración notable en comparación con el aumento del año pasado, que fue de aproximadamente un millón de barriles diarios, impulsado en gran parte por las mismas mejoras en la eficiencia de perforación.
Entre las innovaciones que están impulsando estas mejoras en la eficiencia se incluyen la perforación de pozos con laterales más largos, la capacidad de colocar más pozos en una sola plataforma y el uso de la inteligencia artificial. Los productores de petróleo están utilizando inteligencia artificial para optimizar la perforación en formaciones de esquisto y mejorar las tasas de recuperación en los pozos fracturados.
Cabe recordar que estas ganancias en eficiencia fueron las que impulsaron la revolución inicial del esquisto. Sin embargo, en aquella ocasión, la industria se vio atrapada en su propio éxito: la euforia por la cantidad de petróleo que podían extraer del suelo hizo que olvidaran considerar factores clave como la demanda y los precios. Como resultado, la sobreproducción llevó a una significativa caída de los precios del crudo.
Industria del esquisto en EE. UU. se enfoca en eficiencia pese a caída de inventarios
Actualmente, es menos probable que la industria del esquisto en Estados Unidos repita los errores del pasado. Las lecciones aprendidas de ciclos industriales anteriores, especialmente en cuanto a la sensibilidad de los precios frente a un incremento significativo en la producción, han sido fundamentales para evitar caer en la misma trampa.
Muchas de las empresas perforadoras de esquisto han reorientado sus estrategias, a menudo bajo la presión de los inversores, para priorizar la rentabilidad sobre los volúmenes de producción.
Lo interesante del contexto actual del petróleo de esquisto en Estados Unidos es que el crecimiento de la producción, que ha superado las previsiones iniciales, ocurre en un momento de disminución de las reservas mundiales de crudo.
Esta reducción ha sido considerable y, en teoría, debería haber neutralizado cualquier efecto negativo que el aumento de la producción de esquisto estadounidense pudiera tener sobre los precios internacionales. Sin embargo, este no ha sido el caso, ya que la atención global se ha centrado en los indicadores económicos.
Desde principios de este año, los inventarios mundiales de petróleo han caído drásticamente. A finales de junio, estos se encontraban 120 millones de barriles por debajo del promedio de la última década, según informó John Kemp de Reuters a principios de este mes.
Esto representa una disminución significativa en comparación con los 74 millones de barriles de déficit registrados apenas tres meses antes. En resumen, en un periodo de tres meses, las reservas globales de crudo se redujeron en 46 millones de barriles.
A pesar de esta disminución notable en las reservas, Kemp destacó que esto ha pasado prácticamente desapercibido para los operadores, quienes siguen centrados en los datos económicos de China. Estos datos son vistos como indicadores de la demanda de petróleo y sugieren perspectivas pesimistas.
En Estados Unidos, las reservas de crudo también han disminuido, situándose 11 millones de barriles por debajo del promedio de diez años a principios de agosto, en comparación con 4 millones por debajo de ese promedio a finales de junio.
Aunque las reservas están cayendo significativamente, los informes del sector del esquisto que señalan que los perforadores están logrando extraer más petróleo sin aumentar los costos sugieren que los precios del crudo podrían experimentar presión a la baja. No obstante, es improbable que se produzca un verdadero exceso de oferta. Esta situación resulta paradójica, pero es bastante típica del mercado petrolero, donde la atención se centra en las noticias más recientes, dejando de lado otros factores hasta que se vuelven imposibles de ignorar.
Inventarios de crudo y eficiencia del esquisto podrían definir precios a largo plazo
Todavía está por verse cómo evolucionarán las reservas mundiales de petróleo, pero los cambios recientes sugieren que la demanda global de crudo sigue siendo fuerte, independientemente de las fluctuaciones en las lecturas mensuales del PMI chino y de los precios al consumidor.
Esto implica que las empresas estadounidenses de esquisto tienen espacio para aumentar la producción sin preocuparse demasiado por la dirección que tomarán los precios del petróleo en términos fundamentales. La demanda sigue presente, lo que indica que la oferta debe incrementarse.
Por otro lado, como se ha mencionado anteriormente, los operadores de mercado parecen estar más interesados en las noticias económicas a corto plazo que en los fundamentos del mercado, hasta que estos últimos les impactan de manera inesperada, provocando déficits y aumentos abruptos en los precios.
En este sentido, la noticia de que los perforadores de esquisto están logrando extraer más petróleo con menos esfuerzo podría limitar cualquier potencial alza en los precios del crudo y, en caso de malas noticias económicas, incluso ejercer presión a la baja. No obstante, este es un efecto a corto plazo.
A largo plazo, es posible que los fundamentos del mercado comiencen a recibir más atención, especialmente si la transición energética continúa enfrentando desafíos al ritmo actual. Esto incluye la desaceleración o incluso la caída en picada de las ventas de vehículos eléctricos, lo que demostraría que las predicciones sobre una disminución de la demanda de petróleo debido a la electrificación del transporte eran erróneas.
Si este escenario se materializa, los perforadores de esquisto podrían ser los grandes beneficiados: ya han aprendido a maximizar la eficiencia, por lo que solo les quedaría disfrutar de los beneficios en un contexto de demanda de petróleo sólida y persistente.