El martes, The Guardian informó, citando un borrador filtrado de un documento de recomendaciones que había visto, que la Comisión Europea está abandonando los planes de proponer una restricción de los precios del gas ruso como parte de las medidas para hacer frente a la crisis energética.
Según una fuente consultada por The Guardian, el proyecto de texto que se hará público el miércoles no menciona ningún tipo de restricción de precios del gas.
La Comisión Europea anunció la semana pasada que propondría medidas inmediatas para salvar los mercados europeos del gas y la electricidad y ayudar a los consumidores vulnerables, entre ellas un objetivo obligatorio para que la UE reduzca el consumo de energía en las horas punta, un tope de ingresos para los productores de electricidad y las empresas de combustibles fósiles, y un tope de precios para el gas ruso.
El miércoles, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, declaró: “Propondremos un tope para el gas ruso. El objetivo es muy claro. Debemos recortar los ingresos de Rusia que Putin utiliza para librar esta horrible guerra contra Ucrania”.
Al menos diez de los 27 gobiernos miembros de la UE se oponen al parecer a poner una restricción de precios al gas ruso por temor a que Vladimir Putin responda cortando el suministro de gas a todo el continente como represalia. Alemania, la mayor economía de la UE y el miembro más afectado por el cierre del gasoducto Nord Stream, tampoco está de acuerdo con la propuesta.
Francia y Polonia forman parte de un segundo bloque de miembros de la UE que han abogado por un tope en el coste de todas las importaciones de gas. La Comisión Europea se muestra escéptica ante esta propuesta, ya que un límite haría más caro para Europa importar GNL a granel si los precios subieran en el extranjero.
Por eso, según The Guardian, es probable que el plan de la Comisión que se presentará el miércoles no incluya un límite máximo para los precios del gas.
Sin embargo, fuentes familiarizadas con las conversaciones dijeron a Bloomberg el martes que el brazo ejecutivo de la UE está impulsando un límite a los ingresos de los proveedores de energía nuclear y renovable y una tasa sobre las ganancias adicionales de las empresas de combustibles fósiles, incluido el sector del refinado.