La agencia Fitch señaló que, de mantenerse el alto el fuego entre Israel y Hezbolá, se reducirían las presiones para nuevas rebajas en la calificación crediticia de Israel, aliviando también el impacto sobre sus finanzas públicas.
“El cese de la guerra eliminaría un factor clave de escalada entre Israel e Irán, aliado cercano de Hezbolá”, indicó Fitch. Una disminución duradera de las tensiones con Hezbolá podría limitar los efectos negativos sobre los indicadores fiscales del país.
Sin embargo, Fitch advirtió que los acontecimientos en Gaza y las relaciones con Irán seguirán influyendo en la estabilidad fiscal y económica de Israel.
La agencia anticipa que la guerra en Gaza continuará hasta 2025, lo que generará un gasto militar elevado y sostenido, interrupciones en la producción en zonas fronterizas, y afectaciones al turismo y la construcción.
En agosto, Fitch rebajó la calificación de Israel de A+ a A con perspectiva negativa, advirtiendo que una prolongación o intensificación de la guerra podría tener un impacto económico significativo y prolongado.