Israel se enfrenta a una grave escasez de empleados en trabajos manuales mal pagados, como los de limpieza, según las organizaciones patronales del país.
“Pronto nos quedaremos sin trabajadores”, dijo a Ynet un representante de los subcontratistas que suministran servicios de limpieza a un hospital local.
“El gobierno no permite a los palestinos entrar en el país para trabajar y no podemos traer trabajadores del extranjero, mientras que los israelíes se niegan a hacer el trabajo”, dijo.
Un informe emitido por la empresa de contabilidad Somekh Chaikin, reveló que hay más de 42.000 puestos de limpiadores que no se pueden cubrir.
El informe se basa en datos proporcionados por los empleadores y por la Oficina Nacional de Estadística, así como en publicaciones gubernamentales y otras fuentes. Se prevé que la escasez aumente a 120.000 en los próximos 20 años.
Los limpiadores contratados a través de empresas de subcontratación suelen trabajar en la mayoría de los lugares estratégicos de la Administración, como ministerios, hospitales, centros de atención a la tercera edad y autoridades locales, entre otros.
En los hospitales, los limpiadores cubren tres turnos diarios y son responsables, entre otras cosas, de las condiciones de esterilidad en los quirófanos y de la higiene general en las instalaciones.
A menos que se encuentre una solución a la escasez, muchos sectores se verán afectados y los trabajadores indocumentados, que entraron en el país de forma ilegal, pueden ser contratados en condiciones adversas.
El informe esboza posibles soluciones, entre ellas un aumento del número de palestinos autorizados a trabajar en Israel, un incremento de los visados de trabajo para extranjeros y bonificaciones monetarias especiales para los israelíes que completen su servicio militar y decidan trabajar en labores manuales durante un determinado periodo de tiempo.
Monica Rosenberg, directora general de la asociación de servicios de limpieza de Israel, dijo que los limpiadores se dan por descontados. “Nos dirigimos hacia una crisis de proporciones desconocidas”, dijo. “El gobierno debe tomarse el asunto en serio”.