Las tasas de empleo de las madres disminuyen después del parto, aunque el descenso es mucho más acusado entre las madres judías que entre las árabes, según un estudio publicado recientemente en el cuaderno anual 2022 de resultados de investigación seleccionados del Centro Taub de Estudios de Política Social.
El folleto es obra de la Iniciativa del Centro Taub sobre Desarrollo y Desigualdad en la Primera Infancia. El objetivo de la Iniciativa, según su propia declaración, “es ayudar en el avance de una política eficaz para mejorar las condiciones ambientales de los niños en Israel durante sus primeros años de vida, con el fin de mejorar sus resultados y reducir las disparidades debidas al origen socioeconómico”.
El folleto de este año se centra en el empleo de los padres y la participación de los niños en la educación y atención de la primera infancia (AEPI) fuera del hogar.
El acusado descenso del empleo tras el parto de las madres judías en comparación con las árabes no es tan dramático como puede parecer a primera vista si se tiene en cuenta que la tasa de empleo global de las mujeres judías es significativamente superior a la de las árabes.
Los datos del Centro Taub no muestran cambios significativos en las tasas de empleo de los padres de cualquier grupo demográfico tras el nacimiento de su hijo.
El diploma marca la diferencia
Las madres con estudios superiores, es decir, las que tienen un título de enseñanza secundaria, tienden a reincorporarse al trabajo más rápidamente que las que no lo tienen, en todos los grupos demográficos. Estas madres también tienen una mayor tasa global de empleo y, según el Centro Taub, parece que el proceso de reincorporación al trabajo tras la baja por maternidad es mucho más largo para las que no tienen un título de enseñanza secundaria.
El estudio señala que las madres de bajo nivel socioeconómico se enfrentan a la difícil disyuntiva de quedarse en casa con los hijos o volver a trabajar. Aunque es obvio que el trabajo añade ingresos, puede no ser suficiente para compensar de forma significativa el coste de la AEPI fuera del hogar.
En consecuencia, los niños desde el nacimiento hasta los 3 años de edad que nacen de madres con educación formal asisten a marcos de EAPI (centros preescolares) fuera del hogar en mayor proporción que los nacidos de madres sin diploma. Esto es especialmente evidente en el sector árabe, donde la tasa de asistencia a centros preescolares de los hijos de madres con estudios es casi el doble que la de los hijos de madres sin diploma.
Además, los niños árabes suelen pasar menos tiempo matriculados en un centro de EAPI que los niños judíos. El estudio afirma que el 72% de los niños judíos asisten a marcos de EAPI durante al menos cuatro años. Por el contrario, sólo el 20% de los niños árabes asiste a programas de EAPI durante al menos cuatro años, aunque el 43% lo hace durante tres años. Todo esto viene a decir que la inmensa mayoría de los niños judíos comienzan su educación fuera del hogar antes de los 3 años, mientras que los niños árabes en su mayoría no lo hacen.
A pesar de esta diferencia, la escolarización en centros de EAPI no parece influir en el rendimiento académico posterior. El estudio examinó los datos de competencia lectora de alumnos de cuarto curso y comparó a niños judíos y árabes según el grado de asistencia a preescolar. Aunque existe una gran discrepancia general entre los niveles de lectura de los niños árabes y judíos, la competencia lectora media no parece estar relacionada en absoluto con los años de asistencia a un programa de EAPI.
Obstáculos a la matriculación y uso ineficaz de los fondos públicos
A pesar de la importante financiación y las iniciativas sociales proporcionadas por el gobierno israelí y activistas privados, la matriculación de árabes en preescolar entre 0 y 3 años es especialmente baja. Según la evaluación del Centro Taub, esto se debe principalmente a dos factores. En primer lugar, la admisión en los programas de EAPI da prioridad a los hijos de madres trabajadoras. En segundo lugar, las ayudas a la matrícula correspondientes se conceden con la condición de que ambos progenitores trabajen. Dada la baja tasa general de empleo entre las mujeres árabes -especialmente las madres de niños pequeños-, la probabilidad de que un niño árabe sea aceptado en un programa que sus padres puedan costear es mínima en el mejor de los casos.
¿Qué se puede hacer para que los niños vayan a preescolar?
El Centro Taub presentó sus conclusiones con las siguientes propuestas de cambios políticos. El estudio completo profundiza en cada punto y puede consultarse en el sitio web del Centro Taub:
- Modificación de las normas de planificación para adaptarlas a la compleja realidad de la sociedad árabe.
- Aumento de los recursos asignados a las autoridades locales árabes para los procesos de planificación y aprobación de la construcción de guarderías.
- Puestos adicionales y contratación y formación de personal profesional en las autoridades locales árabes para el desarrollo de marcos de AEPI.
- Puesta en marcha de un programa piloto en una serie de ciudades para evaluar la derogación de la condición de empleo para poder optar a las subvenciones para la colocación en centros de EAPI.
- Una evaluación exhaustiva del proceso de inscripción y de la utilización de los derechos de subvención.
- Adopción de un sistema de transporte público más flexible y una mayor dispersión de los marcos supervisados en las ciudades árabes.
- Aumentar las subvenciones de los marcos de EAPI de forma que las tasas de matrícula no superen los 1.000 NIS al mes.
- Ofrecer la posibilidad de una jornada escolar corta en los marcos supervisados.
- Modificar la forma en que se concede el beneficio fiscal a los padres de niños pequeños y la plena utilización del beneficio fiscal para reducir las tasas de los marcos supervisados.
- Beneficios fiscales para los empresarios que financien el cuidado de los hijos de sus trabajadores.