Las instituciones bancarias y financieras de Londres están examinando y revisando cuidadosamente sus planes de suministro eléctrico de reserva para salvaguardarse a sí mismas y a sus clientes en caso de que se produzcan interrupciones del suministro eléctrico en el Reino Unido este invierno.
Según funcionarios de la organización comercial UK Finance, que lidera las negociaciones, varios bancos están considerando reforzar la política de trabajo desde casa de los anteriores cierres por COVID o utilizar instalaciones externas.
Este invierno, sobre todo si el tiempo es más frío de lo habitual y la escasez de gas y electricidad presiona los sistemas, el Reino Unido y el resto de Europa se preparan para probables apagones. Para evitar los apagones, los gobiernos europeos están instando a los ciudadanos a ahorrar energía.
En la City londinense, los bancos están prestando mayor atención a los planes para disponer de una fuente de energía de reserva en caso de apagones.
Según Andrew Rogan, jefe de resiliencia operativa de UK Finance, “no hay sensación de miedo; todo el mundo se está asegurando de que sus patos están en fila”.
A finales de julio de este año, se evitó por poco un apagón en la zona este de Londres. Mientras el este de Londres estuvo a punto de quedarse a oscuras debido a la gran demanda de energía y la congestión del sistema, gran parte del Reino Unido y Londres seguían sufriendo el día más caluroso jamás registrado en Gran Bretaña. Sin embargo, el Reino Unido pudo evitar un apagón en Londres comprando más electricidad a Bélgica por la asombrosa cantidad de 11.812 dólares (9.724 libras) por megavatio-hora (MWh), que era más de un 5.000 % superior a la tarifa vigente.
Según fuentes conocedoras de los planes, los bancos de fuera del Reino Unido se están preparando para el racionamiento de energía y los posibles cortes de electricidad de este invierno, instalando generadores de reserva para no tener que cerrar los cajeros automáticos y las transacciones bancarias si la situación energética empeora. Los bancos se preparan para un invierno difícil, ya que los gobiernos europeos instan al ahorro voluntario de gas y electricidad y posiblemente exploran el racionamiento. Que la economía y el sistema bancario europeos no se vean afectados por los cortes de energía sería desastroso.