La agencia Moody’s bajó la calificación de Israel de A1 a A2, citando el conflicto con Hamás y riesgos políticos.
Moody’s ha rebajado la calificación crediticia de Israel de A1 a A2. Este ajuste refleja las repercusiones del conflicto en curso con el grupo terrorista Hamás en Gaza. La agencia señaló el incremento del riesgo político y la debilidad en las instituciones del país.
Además, Moody’s cambió la perspectiva de la deuda israelí a “negativa”. Este cambio sugiere preocupaciones por una posible escalada con Hezbolá, el grupo terrorista en la frontera norte de Israel. La agencia destaca los desafíos a largo plazo para Israel.
En respuesta, el primer ministro Benjamin Netanyahu minimizó la importancia de esta decisión. Afirmó que la economía de Israel sigue siendo robusta y atribuyó la rebaja exclusivamente a la guerra. Netanyahu expresó confianza en la victoria de Israel y en la recuperación de su calificación crediticia.

La guerra en Gaza se desencadenó tras el devastador ataque dirigido por Hamás el 7 de octubre, en el que terroristas palestinos mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron como rehenes a 253 en la Franja de Gaza. En respuesta, Israel lanzó ataques aéreos y una ofensiva terrestre con el objetivo de derrocar a Hamás, que gobierna Gaza, y devolver a los rehenes.
Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás, al menos 27.947 personas han muerto en el enclave, una cifra no verificada que no distingue entre combatientes y civiles y que se cree que incluye a palestinos muertos como consecuencia de miles de cohetes errantes disparados por grupos terroristas en la Franja.
S&P Global Ratings ha modificado la perspectiva crediticia de Israel de estable a negativa, reflejando la preocupación por la posibilidad de que el conflicto con Hamás se prolongue. Paralelamente, Fitch ha colocado a Israel en una situación de vigilancia negativa, subrayando los riesgos derivados del conflicto actual.
“El debilitamiento del entorno de seguridad implica un mayor riesgo social e indica unas instituciones ejecutivas y legislativas más débiles de lo que Moody’s había evaluado anteriormente”, expresó Moody’s en un comunicado reciente, destacando el impacto del conflicto en la estabilidad institucional de Israel.

Además, Moody’s señaló que las finanzas públicas de Israel están experimentando un deterioro significativo, con una inversión en la tendencia descendente previamente esperada en el ratio de deuda pública. “Moody’s espera que la carga de la deuda de Israel sea materialmente superior a la prevista antes del conflicto”, agregó la agencia.
Este cambio en las perspectivas financieras se produce en un momento en que Israel avanza en la aprobación de un presupuesto de guerra modificado para 2024. Dicho presupuesto, que ya ha superado la primera de tres lecturas en el pleno de la Knesset, incluye un aumento en los gastos de defensa de unos 70.000 millones de NIS (aproximadamente 18.600 millones de dólares).
Para financiar este incremento, se ha propuesto un recorte general del 3% en todos los ministerios, con algunas excepciones, y una reducción de unos 2.500 millones de NIS (670 millones de dólares) de los fondos discrecionales de la coalición. El objetivo de déficit del presupuesto es del 6,6% del PIB.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, ha defendido el presupuesto como un esfuerzo responsable para proporcionar los recursos necesarios para lograr la victoria contra Hamás, mientras maneja los gastos de guerra. Smotrich ha resaltado que los desafíos financieros actuales tendrán un impacto prolongado en la economía israelí.
La guerra con Hamás —que comenzó el 7 de octubre, cuando el grupo terrorista dirigió un ataque transfronterizo por sorpresa, matando a unas 1.200 personas, la gran mayoría civiles, y tomando como rehenes a unas 240 personas— le está costando a Israel al menos 1.000 millones de NIS (269 millones de dólares) al día.