Se espera que la economía de Israel experimente una “profunda conmoción” que “dejará a muchos buscando trabajo”, informó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en un informe publicado el miércoles.
El documento de 144 páginas advirtió que será necesario abordar una serie de cuestiones de frente para iniciar el proceso de recuperación: la pobreza, la política fiscal, la educación y la cohesión social. Si la economía vuelve lentamente a la actividad después del segundo bloqueo, y a menos que haya un desastre imprevisto, la OCDE predijo una disminución del 6% del PBI este año y un crecimiento de solo el 2,9% en el 2021.
El Ministro de Finanzas Israel Katz recibió una copia del informe durante una reunión en línea con funcionarios de la OCDE y elogió la “clara declaración de la organización de que el enfoque correcto, en estos tiempos, es continuar la política económica ofreciendo apoyo”.
Israel ya ocupaba el tercer lugar entre los países de la OCDE en el número de trabajadores pobres, por debajo de México y España, según un informe de 2017, pero la situación ha empeorado ahora, con aproximadamente un millón de israelíes enfrentando el desempleo debido a la pandemia de la COVID-19, y el gobierno decretando dos cierres a nivel nacional en el espacio de seis meses.
El Secretario General de la OCDE, José Ángel Gurría, señaló que el informe se presentó cuando Israel cumple una década de pertenencia a la organización y mencionó que el Estado judío “estudió bien las mejores prácticas y adoptó las normas de excelencia de otros Estados miembros de la organización”.
La desigualdad de ingresos de Israel está entre las más altas de la OCDE, según el informe, y la pobreza no está distribuida de manera uniforme. Jerusalén es la parte más pobre del país; Haifa está en cuarto lugar, y Tel Aviv está casi en último lugar.
Tel Aviv está a la cabeza en cuanto a empleos, ingresos y satisfacción de la vida, pero Jerusalén está a la cabeza en cuanto a seguridad y un fuerte sentido de comunidad.
El informe también mostró que un tercio de los despedidos desde junio eran trabajadores poco calificados, y pidió a Israel que mejorara las opciones educativas ofrecidas a las comunidades ultraortodoxa (haredi) y árabe-israelí.
Sin embargo, también mostró que solo el 8% de los haredi se consideraban pobres y que más del 90% en ese sector donaba a la caridad.
Se señaló también que desde el 2018, los estudiantes israelíes seleccionan la ingeniería como su principal opción, y que el número de estudiantes de secundaria que aprenden inglés y matemáticas se duplicó en comparación con el 2012.
“Israel se beneficiaría de más esfuerzos para mejorar la cohesión social”, argumentaba el informe.
El informe sugería que no solo las comunidades haredi y árabe presentan desafíos singulares, sino que otros grupos también presentan opciones incómodas.
Decía que el Estado tenía una economía de “dos velocidades”: alta tecnología y todo lo demás. Hay una política fiscal que ofrece un “trato preferencial” al sector de arranque, que por sí solo, comprende alrededor del 50% de todos los servicios israelíes exportados.
El informe propuso una política fiscal más equilibrada e indicó que el sistema de impuestos sobre la propiedad del país era “opaco”.
El informe elogió el programa “Familia Neta” de 2017 del exministro de finanzas, Moshe Kahlon, como una buena política social.
El documento detallado, tocó algunos otros aspectos de la vida israelí, también, y señaló que es uno de los pocos países que no ha empujado la edad de jubilación de las mujeres más allá de los 62 años.
Los israelíes pagan más por los alimentos que los compradores de otros países de la OCDE porque pone grandes barreras al comercio exterior. En el informe se pedía que se redujeran los aranceles sobre los productos agrícolas importados.
Justo antes de Rosh Hashana, el Ministro de Finanzas Israel Katz anunció que permitiría la importación de varias verduras libres de impuestos para asegurar que a los israelíes no se les cobre de más por sus tomates y pepinos. Pero esta fue una solución ad-hoc para un problema persistente. Israel, que cuenta con las vacas lecheras de mayor rendimiento del mundo, se enfrentó recientemente a una escasez de mantequilla durante meses, hasta que se permitió que los importadores trajeran más.
La compleja cuestión de cómo proteger los intereses nacionales, como la agricultura, asegurando al mismo tiempo que los consumidores puedan pagar precios razonables y que se les pueda ofrecer una amplia selección de productos, no se responde en el informe.
Sorprendentemente, Israel ocupaba un lugar muy bajo (29 de 36 países) en lo que respecta al uso de la Internet para comunicarse con las autoridades públicas. El país que encabeza la clasificación es Dinamarca y el que ocupa el último lugar es Colombia. La clasificación media de la OCDE es de 14.