Cierres, mascarillas, distanciamiento social y cielos cerrados. No cabe duda de que nadie echa de menos esa vida a la sombra de la pandemia de COVID-19. Muchas industrias se vieron perjudicadas durante la pandemia, pero la más golpeada es sin duda la de los vuelos y el turismo.
Nuevos datos revelados en Gran Bretaña muestran que, como consecuencia de la pandemia, 64 compañías aéreas cerraron definitivamente. Entre ellas se encontraba Alitalia, la aerolínea nacional italiana.
Junto con el cierre de aerolíneas y el caos en el sector a causa de la COVID, se ha creado otra tendencia preocupante, y es que los precios han empezado a subir. Según las estadísticas de Gulliver, los precios de los vuelos en Israel aumentaron un 10% de media en comparación con 2019.
“La primera razón del aumento de los precios de los vuelos es que el precio del combustible es alto”, explicó el director general de la agencia de viajes Gulliver, Ziv Rosen. “Las aerolíneas tuvieron que ajustarse a los precios del combustible, y eso continuó al cliente. Además, la guerra entre Rusia y Ucrania tuvo su efecto por la suspensión de la actividad de Aeroflot y Ukraine Airlines en Israel y por la suspensión de la actividad aérea sobre los cielos ucranianos”.
Asimismo, Rosen explicó que “por supuesto, también está la cuestión de la oferta y la demanda. Si en todo el mundo hay ahora menos compañías aéreas, hay menos competencia. En Israel, por otra parte, se da ahora una situación en la que el número de vuelos que se operaron fue menor en 2022 que en 2019 debido a COVID, pero la demanda para volar fue mayor que la oferta”.
Según las estadísticas de Gulliver, el número de pasajeros de Israel a otros países en 2022 se situó en el 80% de las cifras de 2019.
“Otra razón de los precios más altos es el hecho de que hubo menos vuelos de conexión en 2022, que se sabe que son vuelos más baratos que los vuelos directos”, dijo Rosen. “Esto afectó a los precios en el mercado. Esta situación se creó por dos razones. La primera es, una vez más, la guerra en Ucrania, porque Kiev y Moscú eran destinos populares de conexión.
“Otra razón de este fenómeno es el COVID, porque la gente tenía miedo de pasar por más lugares y prefería llegar directamente a su destino y no arriesgarse a enfermar. Sin embargo, esto es algo que estamos viendo menos ahora. La tendencia muestra que en 2023 habrá más vuelos de conexión”.
Otra cuestión que vemos es que está volviendo la certidumbre en el sector de los viajes, y hay más reservas en invierno para los meses de verano”, explicó Rosen. “Durante el COVID, la incertidumbre era total. En los últimos años, las reservas anticipadas son más populares, y eso empezó con los acuerdos de cielos abiertos”.
¿Es de esperar que los precios bajen en el futuro?
¿Se espera que los precios sigan subiendo? Si miramos al año que viene, la respuesta es sí.
Según Rosen, es probable que los precios sigan subiendo hacia el verano, pero a largo plazo la situación mejorará.
“En el próximo año, se espera que el número de pasajeros supere al de 2019, pero también habrá más vuelos que el año pasado”, explica. “Por otro lado, si se mira desde la perspectiva de los próximos años, los precios del sector siguen una tendencia a la baja. De hecho, esta tendencia empezó en Israel con los acuerdos de cielos abiertos. El sector siempre está en expansión, y la competencia crece, por lo que al final los precios también bajan”.