Una reciente investigación llevada a cabo por el equipo de The Jerusalem Post y diversas fuentes ha puesto al descubierto una compleja trama de financiación a Hamás.
Al-Quds: Fachada filantrópica para el financiamiento de Hamás
Según este estudio, varias entidades y empresas sudafricanas, cuya existencia parece ser meramente nominal, estarían canalizando recursos hacia Hamás. Esto se realiza a través de la Fundación Al-Quds, una organización internacional que ha sido objeto de sanciones por parte de Estados Unidos y prohibida en Israel. La operación financiera se lleva a cabo mediante cuentas en importantes bancos de Sudáfrica, como Standard Bank, Nedbank y Absa.
La Fundación Internacional Al-Quds, fundada en Beirut en 2001 por miembros de Hamás, se ha dedicado a la recaudación de fondos para esta organización, bajo el disfraz de actividades caritativas. Según el Departamento del Tesoro de EE. UU., la gestión de la fundación está en manos de dirigentes de Hamás, quienes supervisan todas sus operaciones y proyectos. Figuras relevantes de Hamás, incluyendo a Mousa Abu Marzook y Osama Hamdan, han formado parte de su junta directiva.
La Fundación Al-Quds, vinculada estrechamente a la Hermandad Musulmana, estuvo presidida anteriormente por el jeque Yusuf Al-Qaradawi, un prominente erudito islámico, conocido por su fatwa que justificaba los atentados suicidas. En la actualidad, está bajo el liderazgo del jeque Hamid bin Abdullah Al-Ahmar, un empresario yemení y figura notable del partido Al-Islah, afiliado a la Hermandad Musulmana en Yemen.
En 2012, Estados Unidos impuso sanciones a la fundación por actuar en nombre de Hamás, incluyendo la congelación de activos y prohibiciones de transacciones con ciudadanos estadounidenses. De manera similar, Israel la declaró ilegal en 2009.
A pesar de estas medidas, la Fundación Al-Quds mantiene operaciones globales, con sucursales en diversos países, incluyendo Sudáfrica. Aquí, la “Al-Quds Foundation SA”, reconoce abiertamente ser una extensión de la matriz en Líbano y se dedica a recaudar fondos destinados a Gaza. Su director en Sudáfrica, el jeque Ebrahim Gabriels, expresidente del Consejo Judicial Musulmán y del Consejo Unido de Ulamas de Sudáfrica, ha estado vinculado con la Unión del Bien, una red de supuestas organizaciones benéficas que financian a Hamás.
Gabriels, con un historial de encuentros con líderes de Hamás y otras figuras islámicas, ha mantenido una postura pública activa, incluyendo su participación en eventos y reuniones que refuerzan sus vínculos con estos grupos.
La persistencia de Al-Quds a pesar de las sanciones
En un contexto de restricciones internacionales, la sección sudafricana de la Fundación Al-Quds ha encontrado obstáculos en sus operaciones financieras. Fuentes internas revelan dificultades con una cuenta bancaria registrada en Absa Bank, lo que llevó a la organización a buscar alternativas para recibir fondos del extranjero. En este contexto surge la Fundación Baitul Maqdis, utilizada como pantalla para estos movimientos financieros.
Un cartel de octubre de 2023 evidencia la utilización de una cuenta de Standard Bank, a nombre de Baitul Maqdis, para gestionar donaciones a Al-Quds SA, operando tanto en dólares estadounidenses como en rands sudafricanos. No obstante, la existencia oficial de Baitul Maqdis es cuestionable. La ausencia de registros formales de esta supuesta organización sin ánimo de lucro, sumada a su limitada presencia digital, arroja dudas sobre su legitimidad.
Además, se ha verificado que Baitul Maqdis posee otra cuenta bancaria en Nedbank, también utilizada para canalizar fondos internacionales hacia la Fundación Al-Quds de Sudáfrica. La actividad online de Baitul Maqdis se ha caracterizado por la difusión de teorías conspirativas y contenido antisemita, incluyendo acusaciones infundadas contra extremistas judíos y citas atribuidas erróneamente a líderes israelíes.
Es relevante destacar que tanto Baitul Maqdis como Al-Quds, en sus denominaciones, hacen referencia a Jerusalén, lo que indica una conexión nominal directa entre ambas. En resumen, la Fundación Baitul Maqdis parece funcionar como un ente encubridor de la Fundación Al-Quds, facilitando la transferencia de recursos a Hamás, sorteando las dificultades con su cuenta en Absa Bank.
Los bancos sudafricanos en el punto de mira
Los tres bancos involucrados en la operativa financiera de la Fundación Al-Quds, Standard Bank, Nedbank y Absa, son instituciones de renombre en Sudáfrica, destacándose especialmente Standard Bank con activos valorados en aproximadamente 170.000 millones de dólares y una amplia presencia en Reino Unido, Argentina, Turquía y África. Estas entidades bancarias, fundamentales en la economía sudafricana, ahora enfrentan escrutinio debido a su supuesta vinculación con transacciones relacionadas con Hamás.
El jeque Hamid al-Ahmar, un prominente empresario de Sanaa, Yemen, es señalado como el principal articulador de las transacciones desde Sudáfrica hacia el núcleo libanés afiliado a Hamás. Al-Ahmar, con una extensa carrera en el sector financiero y diplomático, incluyendo la propiedad de un banco islámico y un grupo de telecomunicaciones en Yemen, así como su rol como cónsul general honorario de Finlandia en Yemen, es un reconocido partidario de grupos terroristas.
La evidencia de su apoyo a Hamás es palpable. En octubre, al-Ahmar instó a los hutíes de Yemen a apoyar a Hamás, justo después de la masacre perpetrada en el sur de Israel. También, en 2006, celebró la victoria electoral de Hamás en Gaza y realizó una donación significativa a una iniciativa palestino-yemení. Sus vínculos con la organización se extienden a interacciones personales con sus líderes, como se evidencia en eventos familiares y públicos.
En lo que respecta a la posición de los bancos sudafricanos, Nedbank, al ser consultado sobre la posible relación con Baitul Maqdis, subraya su compromiso con la gestión de riesgos y el cumplimiento normativo a nivel internacional, enfocado en la prevención del blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. A pesar de no poder confirmar detalles específicos sobre clientes debido a la confidencialidad, Nedbank asegura que sus controles de riesgo y obligaciones de reporte son robustos, y que tomaría medidas inmediatas ante cualquier indicio de actividad ilegal o sospechosa en las cuentas de sus clientes.
Esta situación pone de manifiesto la complejidad y los desafíos que enfrentan las instituciones financieras en la detección y prevención del financiamiento de actividades terroristas, especialmente cuando se entrelazan con operaciones financieras legítimas y la necesidad de proteger la confidencialidad de los clientes.