Una serie de propuestas presentadas por los ministerios de Finanzas y Protección Ambiental, junto con la Autoridad Tributaria, buscan ajustar las condiciones de la próxima franquicia para la extracción de minerales del mar muerto.
Entre las medidas sugeridas se incluyen aumentar los ingresos estatales a partir de las ganancias operativas, reducir las áreas de explotación asignadas, aplicar tarifas por el uso del agua y hacer cumplir leyes de planificación y construcción que hasta ahora no afectaban a la empresa responsable.
La actual concesión, que está en manos de ICL Group (anteriormente Israel Chemicals Ltd.), subsidiaria del mayor holding del país, Israel Corporation, controlado por la familia Ofer, data de 1961 y vencerá en 2030.
En una conferencia de prensa, se destacó que entre el 53% y el 64% de las ganancias operativas de ICL provienen de Dead Sea Works, la planta que extrae potasa, un componente esencial en los fertilizantes. Las ganancias operativas de la empresa, según lo expuesto, han oscilado entre 690 y 830 millones de dólares anuales en el periodo de 2017 a 2023.
Entre las propuestas clave se encuentra la reducción del 50% de las tierras en el sur de Israel destinadas a la explotación, aumentar la participación del gobierno en las ganancias operativas del 35% actual a un 50%, imponer tarifas tanto por el uso de agua salada como dulce, eliminar los subsidios para el mantenimiento de los niveles de agua en las piscinas de evaporación cercanas a los hoteles y revocar exenciones actuales que permiten a la empresa eludir algunas leyes vigentes en el resto del país.
En un comunicado conjunto de los ministerios involucrados y la Autoridad Tributaria se señaló: “Dada la relevancia de la región desde el punto de vista económico, turístico e histórico, el informe pone énfasis en lograr un equilibrio entre la producción continua de minerales esenciales, que son un pilar económico de Israel, y la necesidad de preservar el entorno único del mar muerto.
Las recomendaciones buscan garantizar el uso sostenible de los recursos del mar muerto, mientras se protege la zona para las futuras generaciones”.