La apreciación del shekel frente a las principales divisas internacionales, en particular el dólar estadounidense, es un fenómeno notable tras la reciente decisión de la Reserva Federal de EE. UU. de mantener los tipos de interés en el 5,5%.
Esta dinámica se manifestó en el mercado interbancario, donde el shekel experimentó una depreciación del 2,39% frente al dólar, cotizando a 3,593 NIS/$, y del 1,72% frente al euro, situándose en 3,922 NIS/€. Por el contrario, el Banco de Israel fijó el tipo de cambio representativo shekel-dólar en 3,681 NIS/$, evidenciando un aumento del 0,354% respecto al día anterior, y el shekel-euro en 3,990 NIS/€, un 0,244% más.
La decisión de la Fed sobre la estabilidad de los tipos de interés, ante las expectativas de ajustes por presiones inflacionistas, introdujo una importante incertidumbre en los mercados financieros, debilitando el dólar frente al shekel.
La decisión de la Fed sobre la estabilidad de los tipos de interés, ante las expectativas de ajustes por presiones inflacionistas, introdujo una importante incertidumbre en los mercados financieros, debilitando el dólar frente al shekel.
Esta percepción fue analizada por el economista jefe de BDO, Chen Herzog, quien destacó el impacto de la anticipación sobre las decisiones de política monetaria de la Fed en la valoración del shekel.
Además, la reacción de los mercados a las declaraciones del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, sobre la próxima reducción del balance y la proyección de un eventual recorte de los tipos de interés acentuó la depreciación del dólar frente a las divisas de las diez mayores economías, especialmente frente al euro.
La volatilidad del shekel se ha visto afectada por el impacto de la política monetaria de la Fed.
La volatilidad del shekel se atribuye a factores internacionales predominantes, en contraste con periodos anteriores en los que las fluctuaciones se originaron principalmente por la dinámica e incertidumbre internas, derivando en un debilitamiento del tipo de cambio en torno a 3,65 NIS/$. El Banco de Israel, en su papel de garante de la estabilidad financiera, ha expresado su preocupación por estas oscilaciones, que podrían influir en su política de normalización monetaria.
De cara al futuro, las perspectivas para el shekel están intrínsecamente ligadas a la evolución del contexto geopolítico local, a la capacidad del Gobierno para gestionar las crisis de rehenes y a mantener la disciplina fiscal.
Herzog ha advertido de que el shekel no es una moneda de cambio.
Herzog advierte de que sobrepasar el objetivo de déficit presupuestario, como indican los últimos datos del Ministerio de Finanzas, podría aumentar el riesgo país y, por tanto, ejercer una presión depreciatoria sobre la moneda.