Al parecer, el gobierno ruso está estudiando la posibilidad de confiscar y nacionalizar los activos de las empresas extranjeras que salgan de Rusia debido a su invasión de Ucrania.
Considerada como una represalia por las sanciones occidentales y el éxodo de cientos de empresas internacionales, la medida es más egoísta que pragmática, ya que tendría poco impacto económico en este momento.
En una reunión con funcionarios del gobierno, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que el Kremlin podría encontrar formas legalmente viables para embargar empresas internacionales, según The Moscow Times.
El gobierno presionaría para “introducir la gestión externa y luego transferir estas empresas a los que realmente quieren trabajar. Hay suficientes instrumentos legales y de mercado para ello”, dijo Putin.
El Ministerio de Economía ruso dijo que podría tomar el control temporal de esas empresas cuando la propiedad extranjera supere el 25%.
En un comunicado, el partido gobernante ruso, Rusia Unida, dijo que el primer paso para ello ya se ha dado con la aprobación de tales medidas por parte de la comisión gubernamental que evalúa las leyes que se propondrán al Parlamento ruso.
Según el proyecto de ley propuesto, la “gestión externa” de las empresas internacionales en cuestión duraría inicialmente tres meses. Después, el gobierno sacaría las empresas a subasta.
Sin embargo, según la declaración del partido, las empresas de “naciones no amigas” podrían evitar el proceso de nacionalización si optan por relanzar sus operaciones en Rusia.
Además de las sanciones formales impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, las principales empresas y marcas occidentales han tomado medidas para suspender, o ya han suspendido, sus operaciones en Rusia: Coca-Cola, McDonalds y Pepsi cerraron sus operaciones a principios de esta semana.
Otras empresas como Apple, H&M, IKEA, Ford y muchas otras suspendieron sus ventas, impusieron restricciones o cerraron tiendas en Rusia el mes pasado.
Según los últimos datos recopilados por la Yale School of Management, más de 340 empresas han abandonado Rusia o han reducido sus operaciones. Debido a las crecientes presiones y críticas en su país, incluso las empresas que siguen operando en Rusia podrían verse obligadas a seguir su ejemplo, ya que este conflicto se ha convertido en una cuestión de inversión ESG (ambiental, social y de buen gobierno).
Sin embargo, ninguna de las empresas occidentales que abandonaron el país, o tienen previsto hacerlo, produce bienes allí, y las cadenas de suministro de productos a Rusia ya se han interrumpido, aunque algunos activos que quedarán atrás tienen valor.
Las represalias también irán más allá.
Según un informe de The Guardian, el gobierno ruso estaría planeando embargar 10.000 millones de dólares en aviones alquilados por empresas extranjeras a la aerolínea estatal rusa Aeroflot.
En otra medida de represalia, el Kremlin dijo ayer que prohibiría la exportación de más de 200 productos, entre ellos artículos electrónicos y equipos de telecomunicaciones, lo que sigue a un decreto publicado a principios de esta semana que permitiría a las entidades rusas robar patentes occidentales.
El Kremlin también prohíbe el trigo y los productos agrícolas a la Unión Económica Euroasiática, informa Forbes.
Las represalias de Rusia y la escalada de su ataque a Ucrania fueron respondidas con nuevas sanciones por parte de la administración Biden el viernes, que prohibió las importaciones de alcohol y marisco ruso, lo que tendrá un gran impacto en las ventas de vodka y caviar del país.
La propia Ucrania ha aprobado también una ley que le permite confiscar propiedades del gobierno ruso o de sus ciudadanos sin ninguna compensación.