Rusia informó el jueves de que suspendía, hasta finales de este año, las exportaciones de más de 200 productos, entre ellos equipos tecnológicos y médicos, vehículos y maquinaria agrícola, pero el petróleo, el gas y el carbón -la principal fuente de ingresos del gobierno- se salvaron de la lista.
La medida -que también incluye la suspensión de las exportaciones de equipos eléctricos, vagones de ferrocarril y locomotoras, contenedores, turbinas, máquinas de corte de metal y piedra, pantallas de vídeo, proyectores, consolas y centralitas- “es necesaria para mantener la estabilidad en el mercado ruso”, dijo el gobierno en un comunicado.
“Además, el Gobierno también ha suspendido la exportación de varios tipos de madera y productos derivados a los Estados que están llevando a cabo acciones hostiles contra Rusia”, añadió.
La economía rusa está cada vez más aislada debido a las sanciones impuestas a sus bancos y a su banco central y a la larga lista de empresas que abandonan Rusia o dejan de vender en el país a raíz de la invasión de Ucrania por parte de Putin. Desde las mayores compañías petroleras internacionales hasta los fabricantes de productos de consumo y Apple y McDonald’s, todos están abandonando Rusia.
Moscú está tomando represalias contra las sanciones impuestas por los aliados occidentales.
Sin embargo, al igual que Europa ha sido cautelosa a la hora de imponer sanciones a la energía rusa, Rusia es igualmente cautelosa a la hora de cortar sus mayores ingresos: la energía.
Los ingresos del petróleo y el gas natural representaron el 43 %, de media, del total de los ingresos anuales del gobierno ruso entre 2011 y 2020, según datos recopilados por la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA).
La estrategia energética rusa hasta 2035 prioriza el aumento de las exportaciones e ingresos energéticos, lo que es indicativo del papel central que los hidrocarburos desempeñan para el gobierno ruso, señala la EIA.
Sin embargo, las exportaciones energéticas rusas ya han tenido problemas para encontrar compradores, incluso antes de que Estados Unidos prohibiera el martes las importaciones de energía rusa.
La decisión de Estados Unidos de prohibir las importaciones de petróleo ruso probablemente empeorará las dificultades de Rusia para vender sus cargamentos, ya que los compradores evitarán el crudo ruso incluso más de lo que han estado haciendo hasta ahora, según dijeron los operadores a Reuters a principios de esta semana.
Aunque la prohibición estadounidense solo afectará directamente a una pequeña cantidad de las exportaciones de petróleo ruso, el impacto indirecto podría ser mucho mayor porque un número creciente de comerciantes y compradores rehuirán el crudo ruso debido al “autosancionamiento” y a los riesgos de reputación.