Ante la decisión de Arabia Saudí y Rusia de recortar la producción petrolera, el panorama ha cambiado drásticamente en tan solo tres meses, agudizando el desequilibrio entre oferta y demanda.
El inicio: Inacción ante los recortes saudíes
En julio, cuando Arabia Saudí anunció recortes voluntarios en su producción de petróleo, la reacción del mercado fue nula. La atención se centró en la demanda de grandes economías como China y Estados Unidos. Sin embargo, la situación cambió drásticamente tres meses después cuando, ante una demanda fuerte y una oferta escasa, los saudíes junto a Rusia decidieron prorrogar sus recortes conjuntos.
El escenario previo permitía anticipar tal resultado. Arabia Saudí y Rusia buscaban precios del petróleo más altos. Además, a diferencia de otras ocasiones en que la OPEP+ intervino, la producción de esquisto estadounidense no representó una amenaza. Con un enfoque más disciplinado, estos productores estadounidenses optaron por no acelerar su producción, a pesar de las variaciones en los precios del WTI.
Un factor clave en esta decisión de los productores de esquisto de EE. UU. fue la creciente inflación de costos. Según la Encuesta de Energía de la Fed de Dallas, se espera que esta tendencia continúe el próximo año. Por lo tanto, con la ausencia del esquisto estadounidense en la ecuación, Arabia Saudí y Rusia estaban en una posición ventajosa.
Consecuencias financieras: Aumento de ingresos
El impacto económico de estas decisiones se refleja en los ingresos petroleros. Se estima que los ingresos de Arabia Saudí podrían incrementarse en 30 millones de dólares diarios en comparación con el trimestre anterior. Un análisis de Energy Aspects, citado por el Wall Street Journal, indica un aumento del 5,7 % con respecto al segundo trimestre, es decir, 2.600 millones de dólares adicionales.
En cuanto a Rusia, se espera que sus ingresos petroleros crezcan en 2.800 millones de dólares en el mismo periodo. Además, Reuters estima que, solo en septiembre, los ingresos de Rusia por petróleo y gas natural podrían alcanzar 7.600 millones de dólares, lo que representa un aumento del 14 % respecto a agosto.
Riesgos y oportunidades en la estrategia petrolera
El Wall Street Journal calificó de arriesgada la decisión conjunta de Arabia Saudí y Rusia. Bajo circunstancias normales, un recorte en la oferta suele ser contrarrestado por otro productor que intenta llenar el vacío, o simplemente no tiene un impacto significativo en los precios, como sucedió con los saudíes en julio. Sin embargo, esta vez fue diferente.
Con la ausencia de otros productores para llenar el déficit dejado por el petróleo saudí y ruso, los recortes finalmente lograron su objetivo. A pesar de un comienzo lento, lograron impulsar los precios al alza, un efecto que continúa debido a la demanda persistente.
Previsiones de la AIE sobre el consumo de energía
Recientemente, la Agencia Internacional de la Energía liberó un avance de su “World Energy Outlook”, indicando que la demanda global de petróleo tocará su techo antes del 2030. Simultáneamente, la demanda de gas natural y carbón seguiría patrones similares, mientras que fuentes alternativas como la energía solar, eólica y los vehículos eléctricos marcarían una nueva etapa.
Consecutivamente, la agencia también publicó una revisión de su “Hoja de Ruta hacia el Balance Neto Cero”. En este documento, se recalca la necesidad de disminuir la demanda de petróleo en aproximadamente un tercio antes de 2030, destacando la urgencia de actuar para alcanzar objetivos de cero emisiones netas.
Reacciones de los productores de petróleo
Las perspectivas de la AIE no han sido bien vistas por importantes productores de petróleo, como Arabia Saudí. Este país ha enfatizado, en múltiples ocasiones, sobre la insuficiente inversión en nuevos suministros de petróleo y gas. Temen que este tipo de mensajes desaliente aún más las inversiones, comprometiendo la seguridad del suministro global.
Adicionalmente, tras las declaraciones de Fatih Birol de la AIE, Chrystian Malek, investigador principal de JP Morgan, sugirió un posible superciclo para los hidrocarburos. Estima que el precio del crudo podría alcanzar los 150 dólares por barril y mantenerse sobre los 100 dólares hasta finales de década debido a un déficit en la oferta.
¿Cómo afecta esto a los precios?
El mero hecho de anticipar un pico en la demanda de petróleo no garantiza una reducción en los precios. Las dinámicas de mercado reales, sobre todo la demanda, generalmente comienzan a caer cuando los precios escalan significativamente. Así, el debate subyacente radica en determinar cuán alto es ese umbral de precio.
Andy Lipow de Lipow Oil Associates comentó recientemente que espera cambios en los hábitos de consumo cuando el precio del crudo oscile entre 100 y 110 dólares por barril y la gasolina alcance valores entre 4 y 4,25 dólares por galón.
Demanda de petróleo en Asia
No todas las regiones reaccionan de la misma manera ante los precios elevados. India, por ejemplo, ha demostrado una demanda creciente de petróleo pese a los incrementos en precios. Aun cuando se esperaba una desaceleración, la demanda sigue siendo robusta, y se prevé que siga creciendo con la llegada de la temporada festiva.
Saudíes y rusos han optado por recortes en la producción, una táctica que hasta ahora ha resultado exitosa. Sin embargo, la verdadera incógnita es determinar en qué momento la demanda comenzará a afectarse por los precios elevados en el mercado.