El gigante energético francés Total SE suspendió indefinidamente su proyecto de gas natural licuado de 20.000 millones de dólares en Mozambique debido a la escalada de violencia en la zona, incluido un ataque en marzo de militantes vinculados al Estado Islámico.
La decisión es un golpe para Total, que compró una participación operativa en el proyecto por 3.900 millones de dólares en 2019, con la esperanza de comenzar a exportar el combustible súper refrigerado a finales de 2024. La primera fase del proyecto está diseñada para producir más de 13 millones de toneladas de GNL al año.
Total reanudó las obras del proyecto el mes pasado, después de que estuvieran paralizadas desde enero por amenazas a la seguridad, ya que más de 100 rebeldes asaltaron la ciudad de Palma, cercana al emplazamiento. Decenas de personas murieron, millones de dólares en propiedades fueron dañados y la compañía congeló inmediatamente los planes para reanudar el proyecto.
El empeoramiento de la situación de seguridad es también un importante revés para Mozambique, que se enfrenta a un creciente número de muertos y a cientos de miles de personas desplazadas. Las exportaciones del combustible podrían ayudar a transformar la economía de una de las naciones más pobres del mundo.
La nueva violencia en el norte de la provincia de Cabo Delgado “lleva a Total, como operador del proyecto de GNL de Mozambique, a declarar fuerza mayor”, dijo la empresa en un comunicado el lunes. Es “la única manera de proteger mejor los intereses del proyecto, hasta que se puedan reanudar los trabajos”. La financiación del proyecto sigue en vigor y “Mozambique LNG ha acordado con los prestamistas la pausa temporal de la disposición de la deuda”, dijo Total.
La fuerza mayor da a Total “un gran respiro” con las empresas constructoras y los compradores del gas, al tiempo que aumenta la presión sobre el gobierno mozambiqueño para que resuelva la situación de seguridad, dijo Darias Jonker, director de África en Eurasia Group. Esto requerirá el compromiso de la comunidad y recursos de inteligencia para eliminar la insurgencia, dijo. “En general, la trayectoria descendente de la situación continúa”.
La fuerza mayor es una disposición que permite a las partes suspender o poner fin a los contratos debido a acontecimientos que escapan a su control, como las guerras o las catástrofes naturales.
Contratos suspendidos
Se han suspendido temporalmente los contratos para las actividades de la obra, incluido el de la empresa conjunta CCS, formada por McDermott International Ltd., Saipem SpA y Chiyoda Corp., según declaró Carlos Zacarias, presidente del Instituto Nacional del Petróleo de Mozambique, en una conferencia de prensa en Maputo. Algunos de los acuerdos podrían rescindirse en función del retraso de las obras.
El proyecto había cobrado impulso cuando Total adquirió la participación de Anadarko Petroleum Corp. hace dos años. La empresa estaba avanzando en las primeras obras, que incluían un aeropuerto y alojamientos para los trabajadores. Al mismo tiempo, la insurgencia estaba creciendo en la provincia de Cabo Delgado.
El Estado mozambiqueño esperaba obtener casi 100.000 millones de dólares de ingresos en 25 años gracias a los proyectos de GNL. Los retrasos anteriores ya han hecho que el Fondo Monetario Internacional reduzca sus previsiones de crecimiento económico para el país.
El rendimiento de los eurobonos de Mozambique por valor de 900 millones de dólares con vencimiento en 2031 subió cinco puntos básicos el lunes, hasta el 10,47%, ampliando la prima de riesgo soberano del país con respecto a los bonos del Tesoro de Estados Unidos en siete puntos básicos.
Inicio de la producción
Mozambique LNG había completado casi 16.000 millones de dólares de financiación en julio del año pasado, con la participación de varios bancos, a pesar de la ralentización de la inversión en energía mientras el coronavirus martilleaba la economía mundial.
Se están realizando estudios para determinar un calendario revisado para la producción de gas, dijo Zacarias.
La violencia ha dejado al menos 2.780 muertos, según el sitio web Cabo Ligado, que hace un seguimiento del conflicto. También ha desplazado a más de 700.000 personas. Aunque el gobierno se ha comprometido a restablecer la paz, los ataques se han acercado al lugar, lo que ha provocado la evacuación de los trabajadores.