Durante el fin de semana, escribí sobre los ataques con aviones no tripulados contra las instalaciones petrolíferas de Arabia Saudita y cómo es probable que desencadenen una guerra regional que involucre a Estados Unidos. Ese no es un pensamiento feliz, pero esta mañana parecía aún más probable, ya que el equipo Trump está acusando a Irán de llevar a cabo los ataques. Desafortunadamente, esta administración ni siquiera es confiable sobre el clima, así que vamos a necesitar ver muchas pruebas y corroboración independiente antes de que podamos tomarles la palabra. Incluso entonces, todavía habrá mucho que debatir sobre la mejor manera de responder.
Un tipo diferente de fósforo se ha encendido cerca de la armería en Israel, donde Benjamin Netanyahu está luchando por su vida política. La última encuesta antes de las elecciones del martes reveló que Bibi estaba a punto de obtener una coalición mayoritaria. Si ese es el resultado de las elecciones, probablemente será el líder del partido Likud, independientemente de lo que suceda. El principal competidor del Likud, el Partido Azul y Blanco, ya ha declarado que solo considerarán una alianza con el Likud si Netanyahu se va.
Por lo tanto, Netanyahu tiene todos los incentivos para articular estrategias aquí al final de la campaña. No necesita que las encuestas se desvíen mucho para que prevalezcan, y si puede mover el sentimiento público en el último momento, entonces también podría sobrevivir de esa manera. Aquí, según la Associated Press, es lo que se le ocurrió:
“Tengo la intención de extender la soberanía sobre todos los poblados y los bloques (de poblados)”, incluyendo “sitios que tienen importancia para la seguridad o son importantes para el patrimonio de Israel”, dijo Netanyahu en una entrevista con la Radio del Ejército israelí, parte de un bombardeo mediático de última hora.
Cuando se le preguntó si esto incluía a los cientos de judíos que viven bajo una fuerte guardia militar entre decenas de miles de palestinos en la volátil ciudad de Hebrón, Netanyahu respondió “por supuesto”.
En otras palabras, Netanyahu promete expandir la soberanía israelí sobre todos los asentamientos israelíes en Judea y Samaria. Espera que esto le dé más votos. Si eso ocurriera, no puedo imaginarme qué concesiones le quedaría al mundo árabe en cualquier tipo de acuerdo de paz con los palestinos.
Cualquier violencia resultante tendría una buena oportunidad de perjudicar a los ciudadanos estadounidenses, especialmente porque Trump ha estado intentando abiertamente ayudar a Bibi en las elecciones. Como informa el Wall Street Journal, el presidente estadounidense ofreció a Israel el sábado un pacto de defensa mutua. El tiempo hace que el motivo sea obvio, pero no es universalmente popular en Israel:
Las últimas encuestas no predicen un claro ganador entre Netanyahu y el general Benny Gantz, quien se opone abiertamente al tratado de defensa conjunta. “Esto no es lo que queremos”, dijo Gantz en respuesta a la declaración de Trump. “No le hemos pedido a nadie que muera por nosotros, no le hemos pedido a nadie que luche por nosotros, y no le hemos pedido a nadie el derecho de defender al Estado de Israel”.
Ya sea que un pacto se convierta en realidad o no, podemos estar seguros de que nuestro gobierno será visto como un socio en el plan de Netanyahu de aplicar la soberanía israelí sobre grandes trozos de Judea y Samaria, y así nuestro país podría convertirse en un objetivo lógico para los ataques de venganza.
Tal vez la única cosa que Trump ha hecho que merece ser elogiada es demostrar cierta renuencia a escalar los asuntos de manera casual y militar en el Medio Oriente. Algunas de sus políticas no han sido adecuadas y, en muchos sentidos, han llevado al punto en el que nos encontramos ahora, pero al menos no ha estado comenzando nuevas guerras o poniendo a más soldados americanos en peligro. Creo que eso está a punto de cambiar.
Nos ha colocado en el lado sunita de una guerra civil sectaria en toda la región y ha caído tan bajo del lado de Israel en el conflicto palestino-israelí que ya no somos ni siquiera teóricamente un mediador neutral. Esto es exactamente lo que Barack Obama estaba dispuesto a aceptar tantas críticas para evitar.
Ahora hay fuerzas que mueven a las naciones a la guerra que pueden abrumar cualquier resistencia de los líderes políticos. Dado que Estados Unidos parece que va a participar en esta guerra y no puede ser confrontado demasiado directamente con las armas convencionales, eso significa una guerra más asimétrica: ataques cibernéticos, artefactos explosivos improvisados, coches bomba, ataques terroristas, lanzamientos de misiles contra objetivos económicos, y ahora ataques con aviones no tripulados.
El suministro mundial de energía se verá interrumpido, con graves consecuencias económicas y políticas.