El presidente Biden se presentó esta semana ante las Naciones Unidas para dar un sermón al mundo sobre la “dignidad”.
“¿Afirmaremos y defenderemos la dignidad humana y los derechos humanos en virtud de los cuales las naciones, en causa común hace más de siete décadas, formaron esta institución?”, se preguntó, apenas unas semanas después de que civiles afganos cayeran por los cielos desde un avión de transporte militar estadounidense tras la históricamente desastrosa retirada de Afganistán del Sr. Biden.
“La gente se ha echado a la calle en todas las regiones para exigir a sus gobiernos que atiendan las necesidades básicas de los pueblos, que den a todos una oportunidad justa de triunfar y que protejan los derechos que Dios les ha dado”, sentenció, semanas después de devolver Afganistán a los terroristas talibanes que golpean a las mujeres por no cocinarles la comida.
“Y en ese coro de voces a través de las lenguas y los continentes, escuchamos un grito común: un grito por la dignidad, la simple dignidad. Como líderes, es nuestro deber responder a esa llamada, no silenciarla”, dijo mientras los mulás de las pruebas de virginidad -sus nuevos aliados en Afganistán- comienzan a gobernar en serio.
Biden habló de toda esta “dignidad” mientras decenas de miles de hombres, mujeres y niños realizan viajes traicioneros -a menudo mortales- en respuesta a su invitación de abrir la frontera. Bajo su presidencia, toda la frontera sur de Estados Unidos ha sido entregada a los cárteles de la droga y a los contrabandistas de personas.
“Estados Unidos se compromete a utilizar -se compromete a utilizar nuestros recursos y nuestra plataforma internacional para apoyar estas voces, escucharlas, asociarse con ellas para encontrar formas de responder que hagan avanzar la dignidad humana en todo el mundo”, dijo, mientras más de diez mil haitianos construían un enorme tugurio bajo un paso elevado de hormigón en la frontera.
Es difícil decir cuál de los nuevos aliados de Biden es peor: los terroristas talibanes o los coyotes violadores de personas a los que ha subcontratado el control de nuestra frontera sur.
Ahora se encuentra en un aprieto después de que los agentes de la patrulla fronteriza de EE.UU. a caballo intentaran cumplir su juramento a la Constitución de EE.UU. defendiendo la frontera. Los demócratas inventaron mentiras y dijeron que los agentes utilizaron “látigos” contra los haitianos negros, remontándose a la esclavitud en Estados Unidos, según ellos.
Literalmente, esta gente dice cualquier cosa. Y de paso insultan la dignidad de todos nosotros.
Pero Biden, tan torpe como siempre, suspendió a los agentes por hacer su trabajo. Y luego cerró la frontera – a los caballos.
Demasiado para la dignidad.