Para muchos ucranianos, la pregunta “¿qué hará Occidente si Rusia inicia una guerra?” suena a hueco. Desde 2014 (e incluso antes), Rusia ha intentado forzar a Kiev a aceptar su dominio regional. La guerra de bajo nivel en la frontera oriental de Ucrania ha costado cientos de vidas y ha perturbado la política y la economía del resto del país. Algunos analistas llaman a esto “zona gris” o guerra “híbrida”, aunque ambos términos sugieren más novedad de la que realmente revelan las acciones rusas. Pero ahora, por supuesto, Rusia amenaza con imponer su voluntad por medios militares más tradicionales.
Estados Unidos ha descartado prácticamente una respuesta con fuerza militar en el aire, en el mar o en la tierra. Los cazas estadounidenses no disputarán el espacio aéreo ucraniano, y es poco probable que los buques de guerra estadounidenses ataquen a sus homólogos rusos o entreguen artillería desde el mar a la tierra. La perspectiva de que los soldados estadounidenses luchen en Ucrania parece especialmente remota. Pero, por supuesto, Estados Unidos tiene muchas herramientas en la caja de herramientas. En una columna anterior, hablé de cómo Estados Unidos está considerando utilizar sus armas en lo que podríamos llamar el “dominio financiero”. Aquí podemos pensar en los pasos que Estados Unidos podría dar en el espacio y en el dominio cibernético.
Rusia contra Ucrania: El juego de la inteligencia
En el espacio, la omnipresencia de los satélites ya ha cambiado el cálculo de la guerra. Los esfuerzos de movilización de Rusia son claramente evidentes para Ucrania y para el resto del mundo. Ya no es posible un ataque como el de la Operación Barbarroja, en el que los alemanes adquirían una completa sorpresa estratégica y operativa. Rusia puede disimular sus movimientos para dar a sus fuerzas armadas una ventaja táctica, pero el mundo está observando. Sin embargo, Estados Unidos puede tomar otras medidas. En caso de conflicto, Estados Unidos podría suministrar a las fuerzas armadas ucranianas información sustancial sobre los movimientos, la fuerza y las redes de apoyo logístico de las fuerzas rusas sobre el terreno. Esto es muy importante sobre el terreno; los bombardeos de artillería ucranianos dirigidos por la inteligencia satelital suministrada por Estados Unidos podrían matar a cientos o incluso miles de tropas rusas.
Estados Unidos también podría prestar sus enormes capacidades de comunicación por satélite a las fuerzas ucranianas sobre el terreno, y aunque ciertamente habría problemas de interoperabilidad estas redes podrían proporcionar comunicaciones más seguras y más inmediatas que las que poseen actualmente las fuerzas armadas ucranianas. Incluso si la administración Biden dudara en entregar las llaves del reino, Ucrania podría utilizar los activos de las empresas espaciales privadas. Es poco lo que Rusia puede hacer para impedirlo, a no ser que ataque los satélites operados por Estados Unidos y otros países. Esto representaría una escalada masiva y podría provocar represalias contra las propias redes de satélites de Rusia, relativamente menos desarrolladas.
Rusia contra Ucrania: El juego cibernético
En lo que respecta al ámbito cibernético, Rusia y Ucrania han mantenido un conflicto cibernético de bajo perfil desde antes de 2014. Rusia utilizó los ciberataques para perturbar a Ucrania durante la guerra de 2014, al igual que lo hizo contra Georgia en 2008. Las capacidades de Rusia son sin duda formidables, y es probable que los ataques provengan tanto de actores estatales como patrocinados por el Estado. De hecho, algunos informes ya indican que Rusia ha comenzado a acosar objetivos ucranianos tanto civiles como gubernamentales. Estados Unidos tiende a mantener sus capacidades cibernéticas cerca del chaleco, por lo que no está claro qué puede hacer Washington para interrumpir o desviar el flujo de información en las fuerzas militares rusas desplegadas. Pero congelar o incluso dañar las comunicaciones rusas podría tener importantes efectos tácticos y operativos. Estados Unidos también podría lanzar un amplio conjunto de ciberataques contra las instituciones gubernamentales rusas y las propias agencias cibernéticas de Rusia; tales esfuerzos han tenido cierto éxito en el pasado reciente. Sin embargo, no está claro hasta qué punto Moscú o Washington estarán dispuestos a soltar la correa a los perros cibernéticos.
Los recursos cibernéticos y espaciales de EE.UU. probablemente no puedan ganar la guerra para Ucrania, pero sí pueden perjudicar a Rusia. La información sobre los movimientos de las tropas rusas podría provocar la muerte de cientos o miles de soldados rusos. No sabemos cómo verá Rusia estos esfuerzos, pero la sofisticación y el alcance de las capacidades estadounidenses en los dominios espacial y cibernético son bien conocidos por los rusos. Mucho dependerá de cómo quiera la administración Biden que sea el entorno de la posguerra. Si Washington decide que las relaciones con el gobierno de Putin son insalvables, tiene pocos incentivos para ir a lo fácil.