La Cámara de Representantes de Estados Unidos debería votar inmediatamente para aprobar una investigación de impugnación del presidente Joe Biden por sospecha de soborno a raíz de las nuevas pruebas que surgen del formulario 1023 del FBI.
Ese documento, entregado al Congreso solo después de que el Comité de Supervisión de la Cámara amenazara con acusar al director del FBI, Christopher Wray, de desacato, describe supuestamente un esquema extranjero de 5 millones de dólares para sobornar a Biden.
Como escribí en marzo, ya había motivos de sobra para investigar a Biden por soborno, uno de los dos únicos delitos específicamente mencionados en la Constitución como motivo de impugnación y destitución.
En aquel momento, el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes acababa de revelar que la familia Biden había recibido 3 millones de dólares de una empresa controlada por el Partido Comunista Chino. No había un propósito comercial claro, ni bienes intercambiados.
Ello se sumó a las sospechas —surgidas por primera vez en el seno de la propia administración Obama— de que existían conflictos de intereses al permitir que Biden dirigiera la política ucraniana mientras su hijo, Hunter, cobraba de una empresa ucraniana corrupta.
Y se produjo después de las revelaciones —suprimidas por Silicon Valley y los principales medios de comunicación, pero no por ello menos condenatorias— de que Joe Biden había formado parte de una empresa conjunta corrupta con una empresa china después de dejar el cargo.
El Departamento de Justicia había dado largas a las acusaciones contra Biden y su familia; el fiscal general Merrick Garland se negó a nombrar un abogado especial, y los principales medios de comunicación mostraron poco interés por los hechos.
Así que los argumentos a favor de una investigación de impugnación —con poderes de citación más amplios que los de una investigación de supervisión ordinaria— eran sólidos. Hoy es aún más fuerte. Y ahora que el expresidente Trump se enfrenta a una acusación endeble, es urgente.
No se trata solo de retribución, aunque la retribución está justificada, ya que es la única manera de hacer que los demócratas vean la maldad de sus caminos. Si están dispuestos a utilizar la ley contra la oposición, la oposición debe reaccionar.
Pero también se trata del lenguaje llano de la Constitución. Joe Biden parece haber recibido dinero extranjero, a través de sociedades pantalla y miembros de su familia, para influir en su política.
Ahora es el momento. Que se vote.