Los días 3 y 4 de diciembre, los líderes de los 29 países de la OTAN se reunieron en Londres para actualizar la estrategia de seguridad de la organización.
El comunicado colectivo conjunto titulado “Declaración de Londres”, destacaba las estrategias de la OTAN para contrarrestar a China y Rusia, y el “terrorismo” genérico de los actores estatales y no estatales.
Lo más sorprendente, sin embargo, es que la declaración no definía el “terrorismo”, ni mencionaba a actores terroristas no estatales específicos como el Estado Islámico (ISIS), Al-Qaeda y otros. Tampoco dijo nada sobre el patrocinio de Irán del terrorismo y la subversión cultural en todo el mundo, en particular en Europa; no reconoció que la primera amenaza para Europa es la metástasis del terrorismo islamista y la subversión cultural, que son dictados por la sharia islámica, por no hablar de presentar una estrategia para contrarrestar esta amenaza; ni discutió el hecho de que Turquía y Qatar financian a la Hermandad Musulmana, la organización central que dio a luz a cada uno de los principales grupos terroristas islamistas suníes en el mundo.
La declaración tampoco discutió el hecho de que Arabia Saudita financia la expansión mundial del wahabbismo, que es similar pero organizativamente distinta de la Hermandad Musulmana; no discutió el papel de Turquía en la facilitación de la invasión de Europa por parte de más de 2 millones de “refugiados” y migrantes musulmanes desde 2015; no hizo ninguna mención a la radicalización islamista de Turquía y a la financiación de Ankara de la construcción de cientos, si no miles, de mezquitas en toda Europa, América Latina, África y más allá; o explorar si Turquía, que ahora es 99% musulmana, debería incluso ser miembro de la OTAN, que es 90% cristiana.
En su honor, la Declaración de Londres discutió la “migración irregular” (presumiblemente de países de Oriente Medio sin nombre), pero no presentó ninguna estrategia para detenerla o deportar a los terroristas islamistas y a sus partidarios que ya han penetrado y se han asentado en los países europeos. Abajo está la totalidad de este pasaje:
“Nosotros, como Alianza, nos enfrentamos a amenazas y retos distintos que emanan de todas las direcciones estratégicas. Las acciones agresivas de Rusia constituyen una amenaza para la seguridad euroatlántica; el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones sigue siendo una amenaza persistente para todos nosotros. Los actores estatales y no estatales cuestionan el orden internacional basado en normas. La inestabilidad más allá de nuestras fronteras también está contribuyendo a la migración irregular. Nos enfrentamos a amenazas cibernéticas e híbridas”.
Dado que la OTAN ha sido siempre incapaz o no ha querido reconocer la creciente amenaza demográfica y cultural/política islámica, no tiene ninguna posibilidad de defender con éxito a aquellos a los que se les ha encomendado la tarea de proteger.
Considere: Mohammed es ahora uno de los 10 nombres más utilizados para bebés varones en Estados Unidos, uno de los cinco mayores nombres para bebés varones en Europa, y el nombre más popular para bebés varones en Londres, Inglaterra. Según un investigador veterano, Francia se convertirá en una nación de mayoría musulmana dentro de 40-45 años.
Hasta que decida abordar abierta y honestamente las amenazas internas y externas a las que se enfrenta, la OTAN no tiene ninguna posibilidad de defender con éxito a los pueblos de sus países miembros, que se ven obligados a pagar por esta parodia.