En las últimas décadas, el ejército israelí ha creado una capacidad de sistemas de defensa aérea de última generación que se ha convertido en la envidia del mundo. El sistema multicapa incluye defensas contra cohetes de largo, medio y corto alcance, así como contra drones y cohetes.
El acuerdo podría incluir instalaciones de producción para que ambos países pudieran construir sus propios interceptores y no tuvieran que depender de la administración Biden, o de otras futuras administraciones estadounidenses que se nieguen a financiar o proporcionar sistemas de defensa que se necesitan con urgencia, o que den largas al asunto.