El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se dirigió en diciembre a la Organización de Cooperación Islámica (OIC) en un discurso en el que cruzó la línea contra Israel y acusó al país de no respetar los derechos, la justicia y la humanidad de los palestinos y de incitar a las crisis en la región.
El Sr. Erdogan debe poner su propia casa en orden antes de criticar a otros. Para entender las acusaciones infundadas de Erdogan, hay que hacerse una idea de cómo Israel y Turquía tratan a sus propias minorías.
Mientras que la Ley del Estado Nación de Israel reconoce al país como una patria de los judíos con el hebreo como su idioma oficial, la misma ley le da al árabe un estatus especial que debe ser manejado por las leyes. Los ciudadanos árabes israelíes tienen la libertad de estudiar en escuelas israelíes estándar, escuelas árabes o incluso escuelas judías. Además, todas las publicaciones del gobierno, incluyendo las señales de tráfico, los postes, la documentación y las identificaciones, se imprimen en árabe junto con el hebreo. Los árabes israelíes practican libremente su religión en el Estado judío, e incluso hay partidos islámicos en Israel. De hecho, Israel es el único país de Oriente Medio donde judíos, cristianos y musulmanes coexisten pacíficamente.
Por otra parte, la constitución de Turquía hace hincapié en una identidad turca monolítica del Estado y del pueblo, sin hacer referencia alguna a la existencia de kurdos u otras minorías dentro de las fronteras de Turquía. La constitución turca afirma que solo se puede enseñar el turco como “lengua materna” a los ciudadanos turcos, imponiendo así el turco a los kurdos como su idioma primario.
Dado que Turquía ni siquiera reconoce legalmente la existencia de más de 15 millones de kurdos dentro de sus fronteras, Erdogan no tiene derecho a criticar el trato que Israel da a los palestinos. A pesar de las críticas de Erdogan, Israel ha permitido cierta autonomía a los palestinos en Judea y Samaria y Gaza y ha transferido los derechos del gas natural de la costa de Gaza a la Autoridad Palestina. Turquía, por otro lado, rechaza toda autonomía a los kurdos.
Incluso Saddam Hussein, el ex dictador de Irak que usó armas de destrucción masiva y masacró a cientos de miles de kurdos en Irak, les concedió una autonomía dudosa, permitió la educación en kurdo, se vistió ocasionalmente con ropa tradicional kurda y hasta intentó aprender kurdo.
Es grotesco que Erdogan acuse a Israel de no respetar los derechos de los palestinos cuando su propio país está pisoteando los derechos de los kurdos en Turquía y en la región. Imagina que el gobierno israelí impidiera a los árabes israelíes votar en las zonas árabes de Israel trasladando las urnas lejos de las ciudades para disuadir a la gente de expresar su derecho al voto, y que cometiera otras irregularidades electorales para reducir el recuento de los partidos árabes en la Knesset, o que Israel se quejara del uso del idioma árabe en Japón o de los tweets en árabe publicados por el ejército estadounidense, o que los funcionarios israelíes declararon públicamente que lucharían contra un Estado árabe independiente, incluso en África, o que Israel se negó a negociar con los partidos árabes que reconocen la integridad territorial de Israel y están dispuestos a comprometerse con Israel para encontrar una solución pacífica a la cuestión israelí-palestina, y que Israel despidió a los alcaldes árabes elegidos por cargos infundados.
Erdogan no puede acusar a Israel de incitar crisis en la región cuando su propio gobierno está trabajando con grupos vinculados al ISIS. Imagina que Israel invadiera un país vecino basándose en la lucha contra el terrorismo pero con la única intención de limpiar étnicamente la zona y desmantelar una administración diversa dirigida por árabes que reconociera el derecho de Israel a existir y sacrificara miles de vidas en la guerra contra ISIS, y que Israel percibiera una entidad árabe como una amenaza existencial para Israel, o que Abu Bakr al-Bagdadi y sus principales lugartenientes fueran abatidos en zonas controladas por Israel de un Estado vecino.
Quizá Erdogan debería mirarse al espejo antes de hacer críticas a otros. En vez de criticar a Israel para consolidar a los islamistas radicales a su alrededor, debería responder a los llamamientos de los líderes kurdos para reanudar las negociaciones para resolver la cuestión kurda en Turquía. Sólo entonces podrá Erdogan ganarse el derecho a criticar a otros países.