Hay tantas historias en los cambios de apellidos. Durante las conversiones forzadas en España y Portugal, muchos judíos se bautizaron adoptando nuevos apellidos que las parroquias elegían para los «cristianos nuevos», como Salvador o Santa Cruz.
Otros tomaron el apellido de sus padrinos cristianos. Más tarde, al huir a Holanda, América o al Imperio Turco, volvieron a la religión judía sin perder su nuevo apellido. Así aparecieron apellidos como Díaz, Herrera, Roca, Fernández, Silva. Gallero, Méndes, López o Pereira.
Otro cambio de apellidos lo causaron las guerras. La gente perdió o quiso perder sus documentos y se «consiguió» un pasaporte con apellido que no denunciara su origen para cruzar a salvo una frontera o escapar del servicio militar.
A fines del siglo pasado el Zar de Rusia exigía 25 años de servicio militar obligatorio. ¿Cuántos inmigrantes huyeron de Rusia y Ucrania con pasaportes cambiados para evitar una vida dedicada al ejército del Zar?.
Otro punto es que somos hijos de inmigrantes y muchos apellidos se desfiguraron al cambiar de país y de idioma. A veces los empleados de migración, otras veces el mismo inmigrante que no sabía español lo escribían mal.
Por eso muchos inmigrantes de la misma familia tienen apellidos similares en sonidos pero escritos con diferente gráfica. Así el apellido Tajfeld en Polonia se volvió Taifeld en México, Tifeld o Teifeld en los U.S.A. y Toifeld en Gran Bretaña.
En época más moderna, en Francia muchos judíos con apellidos muy típicos pi-dieron legalmente cambiarlo por nombres patronímicos galos. Dreyfus se cambió a Delcour, Levy en Leroy, etc… Mencionamos un cierto Bloch, fabricante de aviones antes de la guerra de 1939 al 45, que después de haber sido deportado a Auschwitz, sobrevivió, se convirtió y hoy día vende aviones bajo su nuevo nombre: Dassault.
En los Estados Unidos principalmente muchos actores de origen judío, cambiaron su apellido por uno más eufónico. Así tenemos a:
- Woody Allen: Alan Stewart Koenigsberg,
- June Allyson: Ella Geisman,
- Lauren Bacall: Betty Joan Perske
- Jack Benny: Benjamín Kubelsky
- Irving Berlin: Israel Baline
- Milton Berle: Milton Berlinger
- Mel Brooks: Melvin Kaminsky
- George Burns: Nathan Birnbaum
- Eddie Cantor: Edward Israel Iskowitz
- Jeff Chandler: Ira Grossel
- Tony Curtis: Bernard Schwartz
- Kirk Douglas: Ischie Danielowich Demsky
- Bob Dylan: Bobby Zimmerman
- Paulette Godard: Marion Levy
- Elliot Gould: Elliot Goldstein
- Judy Holliday: Judith Tuvim
- Al Jolson: Asa Yoelson
- Danny Kaye: David Daniel Kaminsky
- Jerry Lewis: Joseph Levitch
- Peter Lorre: Lazlo Löwenstein
- Joan Rivers: Joan Molinsky
- Edward G Robinson: Emmanuel Goldenberg
- Simone Signoret: Simona Henderte Kaminker
- Sophie Tucker: Sophie Cáliz
- Gene Wilder: Gerald Silbennan
- Michael Landon: Michael Horowitz
- Melwin Douglas: Melwion Hesselberg
Terminamos con este chiste de la mamá judía de Chicago que es invitada por su hijo doctor a la fiesta de inauguración del nuevo consultorio. Como no aparece la noche de la inauguración, el hijo al día siguiente la llama y le pregunta el motivo de su ausencia.
Ella contesta: «Fui al edificio que me indicaste, pero se me olvidó como te llamabas».