Ahora bien, mientras que Gaza está en efecto bajo bloqueo y tiene una constante crisis de combustible y electricidad, no hay excusa para que Líbano se haya convertido en un caso económico perdido. Hay libaneses que son increíblemente ricos en el extranjero, y hay pruebas de que muchos simplemente han enviado su dinero al extranjero, sin invertirlo en el Estado en decadencia.
Al mismo tiempo, Hezbolá ha consumido lo que queda en Líbano, acaparando el poder político y aprovechándolo para tener un dominio absoluto sobre la presidencia y otras partes del gobierno, dirigiendo su propia política exterior e involucrando a Líbano en los problemas de la guerra civil de Siria.
No está claro qué efecto ha tenido la destrucción de la economía siria en el Líbano. Pero parece que la crisis siria se ha externalizado al Líbano, y que Siria ha utilizado el Líbano como salida a sus problemas a medida que Damasco se veía sometido a sanciones cada vez más frecuentes por parte de Estados Unidos y otros países.
Se trata de un cambio de rumbo respecto al periodo en el que Siria envió a su ejército a ocupar el Líbano. En aquella época, Siria era ostensiblemente el actor más fuerte. Pero después de 2005, cuando Siria se marchó tras el asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri por parte de Hezbolá, las cosas fueron de mal en peor.
Hezbolá lanzó una guerra contra Israel en 2006 y luego libró combates callejeros con la oposición en Beirut en 2008. Finalmente, Hezbolá privó a Líbano de una presidencia en funciones y probablemente estuvo detrás de la enorme explosión en el puerto de Beirut el año pasado, lo que condujo a una crisis política que privó al país también de un primer ministro en funciones.
Pero esto fue una buena noticia para Hezbolá. Las comunidades suníes y cristianas más ricas podrían haberse opuesto a Hezbolá, que cuenta con el apoyo de la minoría chií. Pero ahora, Hezbolá está ganando a medida que Líbano se empobrece. Los representantes de Irán siempre ganan cuando los países están en bancarrota y son pobres. Por eso, allí donde Irán envía su apoyo, el país se desmorona.
Pensemos en Yemen, Irak, Siria, los palestinos y el Líbano. En cada caso, el objetivo de Irán era debilitar las instituciones y sustituirlas por milicias corruptas y asesinas. Llevar al país a la bancarrota y desviar su riqueza hacia Teherán.
Irán es una versión político-militar de los bonos basura y de los asaltantes de empresas que fueron populares en Estados Unidos en la década de 1980. Irán asalta un país con apoderados, lo mantiene como rehén mediante la compra de algunas acciones y luego lo carga con deudas y lo deja tropezar como una empresa zombi, vaciándolo de buenos activos y vendiéndolos todos.
Esa es la estrategia de Irán en pocas palabras. Utiliza una estrategia tomada del asalto empresarial para destruir lugares como el Líbano y llevarlos a la quiebra. Sin embargo, el Líbano no puede ser rescatado, porque todo el rescate volverá a Teherán.
En esencia, este es el mensaje de la reciente crisis eléctrica. No hay manera de ayudar completamente al Líbano, y sus continuas crisis corren el riesgo de extender problemas peores por toda la región.