La idea de la paradiplomacia, o interacción entre ciudades, existe desde hace más de mil años, y su núcleo son las iniciativas para fomentar una mayor conciencia, comprensión y camaradería entre los habitantes de zonas urbanas dispersas y dispares.
Ciutats bessones, palabra con raíces en las palabras “enlace” y “unión”, es la expresión catalana para referirse al hermanamiento de ciudades.
A la luz de esto, la reciente decisión unilateral de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de romper los lazos de su ciudad con Tel Aviv contrasta con el deseo de unir a las personas, fomentar la creatividad y el aprendizaje mutuo, y promover la paz y la fraternidad.
Ataques ignorantes y violentos contra los judíos
Su uso del vocabulario del movimiento antisemita Boicot, Desinversiones y Sanciones en general y la acusación de “apartheid” en particular son ataques duros y desinformados contra la comunidad judía en su conjunto.
Ha incumplido flagrantemente todos los criterios de prejuicio e intolerancia al señalar al único Estado judío como objeto de desprecio.
Ha tomado la terminología desarrollada en la antigua Unión Soviética y utilizada por naciones opresoras como Irán, que convirtieron la miseria real del apartheid en un arma para utilizarla contra Israel en su anhelada destrucción del Estado judío.
Esta es la razón por la que líderes mundiales de alto nivel y responsables internacionales han condenado esta palabra.
Queda claro cuál es el objetivo de las personas que utilizan el término cuando Nicola Beer, vicepresidenta del Parlamento Europeo y enviada especial para contrarrestar la discriminación religiosa, incluido el antisemitismo, declaró: “Calificar a Israel de Estado de apartheid es simplemente antisemita”.
Su ignorancia también es asombrosa
Una parte importante de la población de Tel Aviv-Yafo pertenece a la comunidad árabe. Jerusalén es vibrante, progresista y liberal, y acoge la mayor celebración del Orgullo LGBTQ+ de Asia. Miles de israelíes se unen a visitantes de otros países, grupos étnicos y religiones para celebrar esta ocasión especial.
Lamentablemente, Colau utilizó datos para reforzar su posición procedentes de fuentes que no denuncian el terrorismo e incluso ofrecen un apoyo implícito y tácito al mismo.
Esto no hace sino fomentar el antisemitismo violento contra los judíos de todo el mundo, como demuestra la agresión a la embajadora de Israel, Dra. Rodica Radian-Gordon, cuya única ofensa fue intentar entablar un diálogo con estudiantes de la Universidad de Madrid.
Además, la decisión de Colau se produjo sólo unos días después de que un terrorista palestino atacara a fieles judíos en Shabat en Jerusalén, en un momento en que los judíos son perseguidos en todo el mundo y el antisemitismo va en aumento.
Si las festividades en Judea y Samaria y Gaza, donde la ciudad de Colau aún tiene un acuerdo de hermanamiento, no fueran suficiente crimen contra la humanidad, ciertamente deberían haber asqueado a cualquier persona buena y moral.
Sin embargo, la alcaldesa no vio motivos para mostrar un apoyo real a las víctimas de estos y otros terribles atentados perpetrados recientemente en Israel, que se saldaron con el asesinato en plena calle de jóvenes judíos.
Sin embargo, aunque se pone fin al acuerdo de Tel Aviv, sigue en vigor el acuerdo con la organización terrorista dirigida por un grupo que apoya abiertamente el genocidio y honra a los asesinos de niños como “mártires” y “héroes”.
La misma Gaza donde se persigue a los cristianos, donde se atacan iglesias, donde se lanza a los opositores desde edificios altos y donde la homosexualidad es un delito castigado con hasta diez años de cárcel.
Resulta trágicamente irónico que muchas de estas personas LGBTQ+ huyan de Tel Aviv para vivir abierta y libremente del salvajismo de las zonas controladas por los palestinos.
Es aún más trágico que numerosas organizaciones LGBTQ+ de Barcelona hayan sido las mayores defensoras de Colau, plantando cara a sus propios hermanos y hermanas, a hechos importantes y a la realidad.
No obstante, somos conscientes de que la mayoría de barceloneses y españoles no avalan tales invenciones, discriminación o antisemitismo. Por lo tanto, nos complace la avalancha de apoyo a Tel Aviv e Israel, incluidas las más de 15.000 firmas en una petición para mantener en vigor el acuerdo de hermanamiento de ciudades, así como la invitación del alcalde de Madrid, José Luis Martnez-Almeida, a hermanar su ciudad con Tel Aviv.
Además, somos conscientes -como la historia nos ha enseñado- de que quienes se oponen al pueblo judío se oponen igualmente al desarrollo, la interacción y la paz.
Colau está apoyando a fuerzas regresivas y opresivas al seguir alentando a los antisemitas y al rechazo violento. Esperamos que deje de dividir a la gente, se dé cuenta de sus errores y empiece a buscar métodos para unir a la gente trabajando con personas que valoran la armonía, la paz y el entendimiento.
Aún está a tiempo de actuar.