Un nuevo informe del Centro de Política Tributaria dice que la agenda de gasto social “Reconstruir mejor” del presidente Joe Biden aumentaría los impuestos a casi un tercio de la clase media de Estados Unidos – específicamente, al 30 por ciento de esas mismas familias que ya están, actualmente, luchando bajo la creciente inflación de esta administración y las estrictas pinzas COVID-19 sobre el libre mercado.
Cómo se acumulan las mentiras de Joe.
En agosto de 2020, la campaña de Biden dijo esto, tal y como se recoge en un titular de Forbes: “Biden promete «no aplicar nuevos impuestos» a los ingresos inferiores a 400.000 dólares y a las empresas «familiares»”.
En abril de 2021, Biden en la Casa Blanca dijo esto, tal y como se recoge en un titular parcial de la CNBC: “Biden promete que no habrá nuevos impuestos para quienes ganen menos de 400.000 dólares”. De manera reveladora, el resto del titular decía lo siguiente: “Los expertos dudan que pueda cumplir esa promesa”.
Sin embargo, lo prometió.
Incluso el Washington Post, que se ríe de Biden, en una comprobación de los hechos, lo confirmó, recordando cómo el entonces candidato Joe dijo primero en “Squawk Box” el 22 de mayo de 2020, que “a nadie que gane menos de 400.000 dólares se le subirían los impuestos, y punto, bingo”, y luego dijo en el programa “20/20” de la ABC el 23 de agosto de 2020, que “subiré los impuestos a cualquiera que gane más de 400.000 dólares” pero “no habrá nuevos impuestos” para los demás.
No lo niega. Lo dijo. Biden lo prometió. Y punto, bingo: no habrá nuevos impuestos para los que ganen menos de 400.000 dólares.
Pero aquí es donde el mito se separa de la realidad.
“Teniendo en cuenta todas las principales disposiciones fiscales, aproximadamente entre el 20 y el 30 por ciento de los hogares de ingresos medios pagarían más impuestos en 2022”, informó el Tax Policy Center.
Al principio, la carga impositiva extra sería pequeña, quizá del orden de 100 dólares o incluso menos. Pero a medida que pasan los años, las cargas de “Reconstruir mejor” para la clase media aumentan. Por ejemplo, el plan de Biden exige que se limiten los créditos fiscales por hijos, algo que afecta a la clase trabajadora estadounidense. También juega con las deducciones fiscales estatales y locales, la fórmula SALT, para que los tipos más ricos de los estados azules, piensen en California, piensen en Nueva York, obtengan más beneficios a expensas de, lo han adivinado, la clase media.
Hasta aquí llegó la idea de no crear nuevos impuestos.
Pero ésa es solo una mentira en un cubo de mentiras perpetradas por Biden, por la administración Biden.
¿Qué tal la mentira que dice que la infraestructura es el cuidado de los niños, o la universidad gratuita?
¿O la mentira que sugiere que “Reconstruir mejor” está en consonancia con la Constitución, y no es en absoluto una redistribución de la riqueza al estilo socialista?
O qué tal esa mentira que decía así, tal y como se recoge en un titular de BBC News de diciembre de 2020 “Joe Biden: la vacunación contra el virus Covid en EEUU no será obligatoria”.
¿O qué tal toda esa mentira de Afganistán sobre no dejar atrás a los ciudadanos estadounidenses, no dejar atrás a los aliados de Estados Unidos, no joder a los amigos extranjeros de Estados Unidos ni huir en la oscuridad de la noche?
Al menos las mentiras de Biden sobre “reconstruir mejor” no están haciendo sangre.
Sin embargo, lo que están haciendo es promover la idea de que no se puede confiar en los políticos, que no se puede confiar en los demócratas, que no se puede contar con el propio Biden para nada -exceptuando, por supuesto, su absoluta falta de fiabilidad.
Y ésa es una bonita manera de decir que es un mentiroso en serie.
Y esa es una forma de decir que son tiempos difíciles y aterradores para Estados Unidos.