El himno nacional israelí que se entonó en la competencia de judo de Abu Dhabi el domingo pudo haber sido música para los oídos, pero fue parte de una sinfonía más grande en el Medio Oriente, con Israel tocando el primer violín.
Los tiempos parecen estar cambiando. Después de que Arabia Saudita le permitió a Air India usar su espacio aéreo para vuelos directos a Israel a principios de este año, el príncipe heredero Mohammed bin Salman reconoció el derecho de Israel a existir y discutió los futuros vínculos con el Estado judío en una entrevista con Jeffrey Goldberg, de The Atlantic. Esta semana, una delegación israelí viajó a la nación musulmana centroafricana de Chad para conversar sobre la posibilidad de renovar los lazos diplomáticos entre los dos países. La próxima semana, el ministro de transporte de Israel viajará a Omán para una conferencia sobre transporte regional, luego de una visita de un día del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Y hay muchos más ejemplos.
¿Están mejorando las relaciones de Israel con el mundo árabe? A juzgar por los acontecimientos recientes en el mundo diplomático, ciertamente lo parecería. Y eso es lo que hace tan significativa la visita de Netanyahu a Omán por invitación del sultán Qaboos bin Said al Said la semana pasada.
Uzi Rabi, director del Centro Moshe Dayan para Estudios del Medio Oriente y África en la Universidad de Tel-Aviv, dijo a JNS: «La visita [de Netanyahu a Omán] en sí misma es significativa, por haber sido tan pública. Además, agregar a Omán al bloque de Estados moderados es valioso, además de los grandes beneficios que brinda Omán que tienen que ver con la agricultura, el capital humano y la industria”.
“El foco está en los intereses del Golfo”
Shaul Yanai, un experto en el Departamento de Estudios del Medio Oriente de la Universidad Hebrea, dijo a JNS que no está seguro de que la visita vaya a cambiar en el futuro cercano, aunque «refleja que en el Golfo Pérsico, Israel ya no es un marginado».
«Omán es un Estado independiente en el Golfo Pérsico», dijo Yanai, autor de La transformación política de los Estados tribales del Golfo. “Tiene una buena relación con ambas partes: Irán y la coalición saudí. El sultán no le preguntó a nadie si podía invitar a Netanyahu a su país”.
Al igual que otros países en el mundo árabe, Omán comenzó a establecer lazos preliminares con Israel luego del proceso de paz de Oslo a mediados de los años noventa. El ex primer ministro israelí, Yitzhak Rabin, visitó al sultán Qaboos bin Said al Said en 1994, y su sucesor, Shimon Peres, visitó nuevamente en 1996, donde establecieron una oficina de comercio. Sin embargo, las relaciones se congelaron tras el estallido de la Segunda Intifada en 2000.
Yanai señaló que la visita a Omán es más importante que la relación real, que ya existía. Entonces, ¿por qué Omán decidió acoger a Netanyahu abiertamente? El motivo, dijo, es que necesita la ayuda de Israel para enfrentar la crisis económica, que está empeorando cada año.
«En el Golfo Pérsico, el entendimiento general entre los países en los últimos años es que deben atender sus propias necesidades sin la conexión más amplia del conflicto árabe-israelí», explicó Yanai. “La atención se centra en los intereses del Golfo y, por supuesto, las puertas que Israel puede abrir para ellos en los Estados Unidos y otros países occidentales. La relación de Netanyahu con la actual administración en Washington es muy valiosa para ellos. Omán, especialmente, necesita la ayuda ahora más que nunca».
Agregó que los estados del Golfo están frustrados por los palestinos porque estos países tienen necesidades mucho más apremiantes, como los problemas económicos y los problemas estratégicos, que el conflicto israelí-palestino.
Yanai enfatizó que los Estados árabes están diciendo que el proceso de paz necesita avanzar. Sin embargo, también están señalando a los palestinos que ya no rechazarán una relación con Israel que podría ser muy beneficiosa.
«La esperanza», dijo, «es que la fuerza militar israelí y una relación estratégica con Estados Unidos frenarán la agresión iraní por algunos años más, y tal vez algo cambie en Irán».
Él cree que podría ser posible que Israel pueda desempeñar un papel más importante en la política del Golfo, «principalmente como un frente más contra Irán».