El objetivo del ataque con misiles “de venganza” de Irán contra dos bases del ejército de Estados Unidos en Irak el miércoles por la noche, era ante todo herir y matar a los soldados estadounidenses.
El ataque fue medido en su naturaleza para poner a prueba la respuesta de Washington con el fin de evaluar las futuras acciones de la República Islámica.
Las dos bases iraquíes, una en la región norteña de Erbil, poblada por kurdos, y la otra, la base aérea Ayn Al Asad en la región occidental de Al-Anbar, albergan a unos 1.000 soldados estadounidenses.
El ataque fue inequívocamente un comentario al presidente Donald Trump y a su secretario de Estado Mike Pompeo sobre lo que los iraníes ven como “orgullo estadounidense”
Aunque los medios de comunicación iraníes han afirmado la muerte de “80 militares de Estados Unidos”, las bajas y el daño causado siguen sin estar claros, incluyendo a los soldados iraquíes y kurdos también estacionados en esas bases.
Por lo que se puede ver hasta ahora, los iraníes atacaron para hacer daño a los estadounidenses, pero no para provocar una escalada total o incluso una guerra.
La base aérea de Ayn Al Asad es la principal base de Estados Unidos en Irak.
La base aérea es un enorme complejo militar, situado en una región relativamente segura de Irak.
La base aérea fue un punto central de despegue para las batallas aéreas contra el Estado Islámico en Irak y Siria.
La base de Erbil es la sede de las fuerzas especiales estadounidenses y es el lugar desde donde despegaron en octubre para matar al ex dirigente del Estado Islámico Abu Bakr Al-Bagdadi.
Cabe señalar que la base aérea de Ayn Al Asad está en una región mayormente poblada por sunitas y la base de Erbil está ubicada en la Región Autónoma Kurda, ambos grupos bastante hostiles hacia Irán.
Debido a la distancia de las bases de la frontera iraní (Ayn Al Asad está a unos 300 km y Erbil a unos 100 km), se puede inferir que los misiles utilizados fueron muy probablemente del tipo “Fateh 313”.
Estos misiles son de largo alcance, con una ojiva que contiene cientos de kilogramos de explosivos.
Un vocero del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria declaró que se lanzaron unos 32 misiles, aunque el Pentágono anunció que solo unos 12 misiles dieron en el blanco.
El mensaje de Irán a Israel: No intervengas
Una advertencia expresada por un funcionario iraní, afirmando que Israel podría encontrarse también como un objetivo, tiene la intención de disuadir al Estado judío de tomar parte en una respuesta estadounidense.
Sin embargo, es justo asumir que los disparos de cohetes no son el final de la historia, con los iraníes probablemente planeando más ataques de venganza por la muerte de Soleimani.
Tampoco está claro todavía cuál será la respuesta de Washington, si es que la tiene. Si el daño en el terreno no es demasiado grave, es probable que Trump no tome represalias.
Tal y como está ahora, no parece que haya ninguna baja estadounidense.
El ministro de Asuntos Exteriores iraní Mohammad Javad Zarif dijo en Twitter que la República Islámica no busca ni la escalada de la guerra, sino que “se defenderá de cualquier agresión”.