La posible incursión de Qatar en el proyecto de gas en alta mar de Líbano podría suponer un problema para Israel o, por el contrario, presentarle una rara oportunidad de acercamiento, según los analistas regionales.
La empresa estatal QatarEnergy está en conversaciones con el gobierno libanés para obtener una participación del 30% en la exploración de gas en alta mar de Líbano, según un informe de Reuters publicado el fin de semana. La petrolera qatarí también está negociando con la francesa TotalEnergies y la italiana ENI, que forman parte de un consorcio internacional que pretende realizar exploraciones en el Mediterráneo oriental.
La licencia de exploración de gas estaba inicialmente en manos de tres empresas: Total, ENI y Novatek, pero Novatek transfirió su parte a una empresa llamada Daja 216, que al parecer también es propiedad de Total.
La noticia de la posible participación qatarí en el proyecto de gas se produce después de la firma de un histórico acuerdo entre Israel y Líbano con la mediación de Estados Unidos, que puso fin a una disputa de décadas sobre las fronteras marítimas de ambos países.
El yacimiento de Qana, que podría valer miles de millones de dólares, estaba en el centro de la disputa.
Si Qana demuestra tener reservas de gas, lo que aún no se ha determinado, entonces, como parte del acuerdo, Israel recibiría una cantidad no revelada de regalías de lo que se extraiga.
Sin embargo, algunos analistas desconfían de que Qatar se involucre.
El profesor Efraim Inbar, presidente del Instituto de Estrategia y Seguridad de Jerusalén, declaró a The Media Line que Qatar no sólo pretende ampliar su industria del gas, sino también reforzar al grupo Hezbolá, apoyado por Irán, en Líbano.
“Qatar apoya a los regímenes islamistas y Hezbolá es islamista, así que tienen interés en ayudar a ese grupo, como intentaron ayudar a Hamás”, dijo Inbar. “También son amigos de Irán”.
El interés internacional por llevar a cabo exploraciones de gas en el Mediterráneo Oriental ha saltado como consecuencia de la guerra en Ucrania y las interrupciones del suministro de gas a Europa.
“No tenemos ningún interés en ampliar el dominio qatarí en nuestra región, y además no debemos olvidar que Qatar no es especialmente querido por los países que forman parte de los Acuerdos de Abraham”, dijo Inbar, señalando que Arabia Saudita y otras naciones del Golfo ya habían intentado sin éxito condenar a Qatar al ostracismo.
En opinión de Inbar, la posible participación de Qatar pone de manifiesto uno de los puntos débiles del recién firmado acuerdo marítimo entre Israel y Líbano, a saber, que podría permitir a los Estados enemigos ampliar sus intereses e influencia en el Mar Mediterráneo.
Según el sitio de noticias Israel Hayom, Jerusalén era consciente del interés de Qatar en el proyecto y no tenía previsto vetar la participación de este último.
“El gobierno israelí quiere presentar [el acuerdo] como un gran logro diplomático y como un paso que evita la guerra con Hezbolá, así que no van a [admitir] que el acuerdo no es tan bueno como lo habían presentado”, dijo Inbar.
Otros analistas regionales no están de acuerdo con la valoración de Inbar y afirman que Israel tiene mucho que ganar si Qatar participa en cualquier exploración en alta mar.
El Dr. Moran Zaga es un investigador de los Estados del Golfo en la Universidad de Haifa y miembro de política en Mitvim – el Instituto Israelí de Políticas Exteriores Regionales. Zaga investiga actualmente la creciente influencia regional de Qatar y su reciente acercamiento a Estados Unidos.
“Qatar se ha convertido en un país mucho más legítimo”, dijo a The Media Line. “Siempre ha utilizado las palancas económicas para mejorar su posición política, principalmente utilizando el poder blando a través de proyectos civiles y diplomáticos”.
Aunque admite que el país sigue incitando contra Israel, Zaga no cree que la participación qatarí en la exploración de gas vaya a fortalecer a Hezbolá o a otros grupos islamistas.
Señaló lo que llamó un reciente “deterioro de los lazos” entre la administración Biden y ciertas naciones del Golfo, especialmente Arabia Saudí. Esto ha llevado a un fortalecimiento de los lazos entre Estados Unidos y Qatar.
“Qatar no desea ser visto como un país extremista y quiere demostrar que es un actor pragmático y moderado en la región”, afirmó Zaga. “Para ello, Qatar habla con todo el mundo: mantiene lazos con Irán y sus apoderados, pero también con Arabia Saudita, Israel y los estadounidenses. Es difícil poner a Qatar en una caja”.
Qatar fue el responsable de transferir las infames maletas llenas de dinero a Hamás a través de Israel. También ha actuado como mediador clave entre el grupo con sede en Gaza e Israel.
“Qatar no formó parte de los Acuerdos de Abraham y ha visto el proceso emprendido por otros países del Golfo”, señaló Zaga. “Arabia Saudita tampoco formaba parte de él, pero aún así ha llevado a cabo algún tipo de normalización con Israel. Por tanto, hay cosas que suceden en torno a Israel y Qatar ha quedado al margen. Quiere demostrar que también forma parte de la ecuación en el Levante”.
“A Israel le interesa ampliar los lazos con Qatar, que tiene una influencia muy importante en Oriente Medio a través de Al-Jazeera y de los vínculos con la administración Biden”, dijo.