Siria ha solicitado oficialmente la asistencia de Rusia para combatir el nuevo brote de coronavirus. El 8 de abril, el embajador de Siria en Moscú, Riyad Haddad, dijo a los periodistas rusos que se había acercado al Ministerio de Salud ruso para pedir ayuda para frenar la propagación de COVID-19 en su país.
Según Haddad, Damasco ha pedido a Moscú kits de prueba y equipos de detección, equipos de protección personal y dispositivos médicos.
El 7 de abril, la agencia de noticias del gobierno de Siria, SANA, informó sobre las afirmaciones del Ministerio de Salud de un total de 19 casos de coronavirus en el país. Entre los infectados, tres personas se habían recuperado y dos habían muerto. Los informes no oficiales apuntan a cifras potencialmente mucho más altas.
La propagación del virus en Siria ha estado en el radar de Moscú durante más de un mes. El 24 de marzo, Al-Monitor informó que la asistencia de Rusia a Siria para hacer frente a la pandemia había estado en el orden del día de una reunión celebrada ese día en Damasco entre el Ministro de Defensa ruso Sergei Shoigu y el presidente sirio Bashar al-Assad.
El 26 de marzo, Rusia, China, Irán, Siria, Venezuela, Nicaragua y Corea del Norte apelaron al Secretario General de las Naciones Unidas Antonio Guterres para que facilitara el frenado de las sanciones que obstaculizan la lucha contra COVID-19. El esfuerzo no ha producido el resultado deseado.
¿Nuevas oportunidades? En los últimos días, funcionarios rusos, incluyendo al presidente Vladimir Putin, han discutido la pandemia de COVID-19 con varios líderes de Oriente Medio. El 1 de abril, Putin habló con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan sobre las actividades conjuntas de sus países para combatir el virus. El 6 de abril, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu llamó al presidente ruso, y ambos “expresaron una postura mutua a favor de mejorar la coordinación para contrarrestar la propagación de la infección del coronavirus”, según un comunicado de prensa del Kremlin. El 7 de abril, el Viceministro de Relaciones Exteriores Mikhail Bogdanov habló por teléfono con Ismail Haniyeh, jefe de la oficina política del grupo terrorista Hamás. Según se informa, la conversación se centró en los posibles esfuerzos para contrarrestar el empeoramiento de las crisis económica y humanitaria en los territorios palestinos.
Anteriormente, el 29 de febrero, el presidente iraní Hassan Rouhani había llamado a Putin para obtener garantías rusas de que “prestaría ayuda para frenar la propagación de la infección”. El 12 de marzo, Rusia envió a Irán sistemas de prueba capaces de identificar el coronavirus con relativa rapidez, y el 17 de marzo el Viceministro de Asuntos Exteriores Sergey Ryabkov dijo que Moscú había enviado “ayuda humanitaria adicional” a Irán, pero no dio detalles.
El compromiso de Moscú parece estar dirigido a fortalecer la posición de Rusia en la región mediante la prestación de asistencia humanitaria y el cultivo de la imagen de una “potencia humanitaria”.
¿Qué es lo siguiente? Rusia ha recibido solicitudes adicionales de varios países amigos que, como Siria, quieren ayuda para tratar el coronavirus. Armenia, Kazajstán y Serbia están entre los más recientes en llegar. En las últimas 48 horas, el ejército ruso desplegó unidades de defensa química, biológica, radiológica y nuclear en Belgrado y otras ciudades serbias para ayudar en los esfuerzos de descontaminación y desinfección. En Siria, se puede esperar esta misma respuesta, pero además, Moscú podría incluir algunos medicamentos que el Ministerio de Salud ruso considera eficaces para suprimir el virus.
Es probable que el esfuerzo a largo plazo para aflojar las sanciones contra Rusia, Siria, Irán y otros países siga siendo infructuoso.