El martes, el enviado presidencial de Rusia para Oriente Medio y los países africanos y el viceministro de Asuntos Exteriores Mikhail Bogdanov expusieron la propuesta de Rusia para la seguridad colectiva en el Golfo Pérsico.
El documento presenta la visión de Rusia sobre los problemas de seguridad a los que se enfrenta la subregión y ofrece una serie de políticas que pueden ayudar a mitigar su rico potencial de conflicto y a resolver las crisis actuales.
¿Por qué es importante? Moscú presenta esta visión para el Golfo en un momento de escalada en espiral entre Irán y Estados Unidos y sus aliados regionales. Ninguna de las ideas expuestas en el plan es nueva, todas ellas han sido expresadas por diplomáticos rusos y otros funcionarios durante años. Pero todos ellos se han reunido en un documento unificado ahora, cuando las cosas en la región parecen ir de mal en peor y las partes implicadas parecen estar más centradas en encontrar formas de disuasión mutua efectiva, si no de contención, en lugar de formas de apaciguar la situación a través de la diplomacia y otros mecanismos políticos.
La vía actual, como sugiere el pensamiento detrás de la estrategia, corre un grave riesgo de conducir a un conflicto militar, aunque no sea intencionado. La propuesta rusa puede no producir necesariamente la paz en la región, pero puede dar a quienes buscan la guerra la oportunidad de ver que no se han explorado todas las opciones políticas. Al mismo tiempo, proporcionará a los que temen la guerra la oportunidad de subirse al tren ruso, y a los que no necesariamente quieren la guerra, pero han ido demasiado lejos como para retirar una oportunidad de salvar la cara.
Los ojos en el premio: Estratégicamente, el movimiento ruso busca al menos dos objetivos.
En primer lugar, la imagen de un nuevo agente del poder en Oriente Medio que Rusia ha estado construyendo para sí misma al menos desde el inicio de su campaña en Siria en 2015 se está reforzando ahora con la imagen de solucionador de problemas. Moscú no solo busca promover su propia agenda en la región, sino que también es capaz de presentar soluciones.
En segundo lugar, la propuesta rusa, en cuanto al fondo y en cuanto a la forma, contrasta claramente con lo que los Estados Unidos han estado ofreciendo, y esto es probablemente intencional.
Mientras Washington ha estado impulsando el establecimiento de una “OTAN árabe”, Rusia promueve la idea de una versión de Oriente Medio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Y mientras Estados Unidos exige que Irán cambie su comportamiento o se aísle, Rusia insiste en la vecindad y aboga por que ningún actor sea excluido cuando se trata de asuntos regionales. Además, mientras Washington fomenta la acumulación militar en la subregión, Rusia ha criticado el despliegue permanente de tropas externas en el Golfo.
¿Qué es lo siguiente? Hasta ahora, Rusia ha mantenido un perfil bajo en lo que respecta a la seguridad del Golfo. Al considerar la subregión como territorio principalmente estadounidense, ha forjado meticulosamente su propia red de relaciones regionales con miras a situarse en el centro de la misma. Ahora está intensificando el juego con una colección de ideas que reflejan tanto los propios agravios de Rusia a Estados Unidos como las políticas estadounidenses que han resultado desastrosas para el Medio Oriente en las últimas décadas. Si bien muchas de estas ideas pueden interesar a los actores regionales, es probable que otras caigan en oídos sordos, al menos por el momento. Entre ellas se incluye el llamamiento de Rusia para “liberar” a la región de la presencia militar extranjera (estadounidense), de la que depende la seguridad de las monarquías del Golfo, como el núcleo de la propuesta para construir una nueva arquitectura de seguridad en torno a los esfuerzos antiterroristas.