La asombrosa odisea de Daniel Ben-David, revelando una herencia palestino-egipcia y un legado familiar de espionaje.
El sorprendente descubrimiento de Daniel Ben-David
Creciendo en una familia judaísmo israelí tradicional, la revelación de Daniel Ben-David fue impactante: sus raíces eran palestino-egipcias. Esta revelación surgió a raíz de un hecho desconcertante: su familia había sido espía en Egipto durante años antes de huir al Estado judío.
El entramado, que podría ser confundido con una novela de espías, se muestra en el documental “The Spy Family” de Yes. Ilustra la vida de los Shahin, una familia compuesta por un padre palestino, una madre egipcia y sus hijos, reclutados como agentes por Israel tras la Guerra de los Seis Días en 1967.
Para Daniel, esta realidad estuvo oculta durante años. “Crecimos como cualquier otra familia judía israelí”, comentó en una entrevista con el Canal 12. “Fue un shock descubrirlo”.
Raíces familiares y el inicio del espionaje
Ibrahim Shahin, el patriarca, nació en Jerusalén y huyó a Egipto en 1948. Allí conoció y se casó con Inshirah, una nativa egipcia. Durante la Guerra de los Seis Días, la familia fue capturada por Israel mientras residían en el-Arish, en el Sinaí.
Es en este contexto que Micah Kobi, de la Unidad 504 del servicio de inteligencia israelí, encontró a Ibrahim. Este último, con una sonrisa amplia, accedió a colaborar con Israel: “Te ayudaré en lo que quieras, amo a Israel”, expresó.
Luego, la familia Shahin fue introducida en el espionaje, siendo entrenada en un departamento oculto en Tel Aviv. A pesar de las reservas de Kobi sobre involucrar a los niños, Ibrahim decidió incluir a toda su familia en la misión.
La operación “Red Sinyori”
Una vez capacitados, los Shahin retornaron a Egipto y establecieron conexiones con altos funcionarios. Fueron conocidos en la Unidad 504 como “Red Sinyori”. Sin embargo, la decisión de involucrar a los hijos en actividades de espionaje fue criticada por muchos, incluido el agente “Abu Yaakov”, que señaló el alto riesgo al que se expuso la familia.
Yossi, antes llamado Nabil, recordó las misiones que su padre le asignaba para fotografiar lugares estratégicos. A pesar de los desafíos y peligros, la familia continuó con sus operaciones encubiertas, alimentando con información vital a Israel.
Aunque Yossi apoyaba y respetaba a su padre, admitió que, siendo niño, no comprendía completamente la magnitud de sus acciones.
Una cámara que reveló secretos egipcios
“Hacía fotos de una base militar, y a veces de aviones. Esta cámara hizo mucho”, relató un integrante de la familia, mostrando el aparato que aún conserva como testigo silente. El espionaje no se limitó a imágenes; también proporcionaron a Israel información crucial sobre entrenamientos militares y movimientos de la fuerza aérea y marina egipcia.
Uno de los datos más reveladores fue el éxodo de familias rusas de Egipto, interpretado como un presagio de la inminente Guerra de Yom Kippur. El vínculo de los Shahin con Israel se extendió durante siete años, ofreciendo datos clasificados y comunicados secretos en código Morse y tinta invisible.
Este invaluable aporte fue reconocido por la Unidad 504 israelí. Kobi, un oficial, describió a los Shahin como “algunos de los mejores y más destacados agentes” que han tenido.
El ocaso del espionaje: Descubrimiento y consecuencias
El año 1974 marcó el fin de su labor encubierta. Yossi Shahin recordó el angustiante momento en que hombres desconocidos secuestraron a su padre. Las consecuencias fueron nefastas: Ibrahim e Inshirah Shahin enfrentaron un juicio sumario, siendo condenados a muerte, mientras sus hijos eran encarcelados.
En prisión, Yossi vivió en condiciones inhumanas: una celda oscura y sujeto a maltratos físicos. Inshirah, por su parte, expresó su profundo arrepentimiento en una entrevista, lamentando las implicaciones para el futuro de sus hijos.
La historia de los Shahin cambió nuevamente con los Acuerdos de Camp David en 1979. Aunque Ibrahim fue ejecutado, Inshirah y sus hijos recibieron la oportunidad de reiniciar sus vidas en Israel.
Renacimiento en Bat Yam: La adopción del judaísmo
El suburbio de Tel Aviv, Bat Yam, recibió a los Shahin, ahora convertidos al judaísmo y rebautizados como Ben-David. Esta metamorfosis implicó no solo un cambio geográfico sino también identitario. Inshirah pasó a llamarse Dina, acompañada por Yossi, Haim y Rafi.
Israel decidió guardar en secreto la hazaña de los Shahin hasta 1989. Durante ese tiempo, la familia estableció firmemente sus raíces en el país. La sombra del espionaje, sin embargo, seguía presente en sus vidas, como Yossi relataba: “Crecí con el secreto”.
La historia de sacrificio y valentía de la familia fue finalmente revelada a las nuevas generaciones. Daniel, nieto de Ibrahim y Dina, conoció el legado y defendió con orgullo sus raíces.
Reflexiones sobre identidad y reconocimiento
El caso Shahin-Ben-David ha suscitado debates sobre la identidad y el reconocimiento en Israel. Daniel comparó la historia de su abuelo con la del célebre espía israelí, Eli Cohen, quien infiltró las líneas sirias y entregó información esencial antes de ser capturado y ejecutado en 1965.
La comparación, sin embargo, no es universalmente aceptada. Kobi destacó las diferencias inherentes en la percepción pública entre un espía judío y uno de origen diferente. Sin embargo, el legado de los Shahin sigue vivo en Israel, especialmente en las palabras de Yossi: “Me encanta ser judío, toda la familia es judía”.