El expresidente estadounidense Barak Obama afirma que la decisión de Israel de cortar el suministro de alimentos, agua y electricidad a Gaza “amenaza no solo con empeorar una creciente crisis humanitaria [sino que] podría endurecer aún más las actitudes palestinas durante generaciones, erosionar el apoyo mundial a Israel, hacer el juego a los [enemigos] de Israel y socavar los esfuerzos a largo plazo para lograr la paz y la estabilidad en la región”.
Las críticas forman parte de una extensa declaración emitida por Obama, la segunda desde el inicio del conflicto, después de que sus primeros comentarios se centraran en gran medida en condenar a Hamás y ofrecer apoyo a Israel.
Obama respalda el enfoque del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ha incluido el apoyo diplomático y militar a Israel, al tiempo que insta a las FDI a respetar el derecho internacional y limitar las víctimas civiles.
Pide a la comunidad internacional que se comprometa con los líderes palestinos que reconocen a Israel para lograr una solución de dos Estados, reconociendo que los anteriores han rechazado ofertas de paz previas y que “el movimiento de colonos ha recibido con demasiada frecuencia el apoyo tácito o explícito del gobierno israelí”.