Donald Trump ha logrado una contundente victoria sobre Kamala Harris en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. En Israel, el regreso de Trump era muy esperado, y muchos israelíes oraron por su triunfo, lo que ahora permite un clima de mayor tranquilidad.
El interés de Israel en esta elección es evidente. Trump fue uno de los presidentes más pro-Israel en la historia de Estados Unidos. En la visión de muchos israelíes, él es un defensor comprometido con sus intereses internacionales. En aproximadamente dos meses, el 20 de enero de 2025, Trump asumirá el cargo como el 47.º presidente de Estados Unidos, y es un buen momento para recordar por qué Israel lo necesita.
El apoyo a la seguridad de Israel fue uno de los pilares del mandato anterior de Trump. Durante su gobierno, movió la embajada de Estados Unidos a Jerusalén, un gesto histórico al reconocerla como la capital de Israel. Además, retiró a su país del acuerdo nuclear con Irán e impuso sanciones que limitaron su capacidad para desarrollar armas nucleares, un tema crucial para Israel, especialmente en tiempos de conflicto.
Otro punto clave fue la promoción de la normalización con países árabes. Trump impulsó los Acuerdos de Abraham, que llevaron a varios países árabes, como los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos, a establecer relaciones diplomáticas con Israel. Estos acuerdos abrieron nuevas posibilidades en diversos campos, desde la economía hasta la seguridad. Hace dos años y medio, durante una visita oficial a Marruecos, fui testigo de estos lazos fortalecidos entre Israel y el Magreb.
Con su regreso al poder, se espera que Trump continúe fortaleciendo la normalización con más países árabes, lo que podría reducir tensiones en la región y favorecer nuevas alianzas diplomáticas para Israel.
Trump también mantuvo una postura firme contra Irán, imponiendo severas sanciones económicas y reduciendo su capacidad de financiar organizaciones terroristas en el Medio Oriente. Este enfoque debilitó la influencia militar de Irán y afectó a grupos como Hezbolá y Hamás, lo que benefició directamente la seguridad israelí. Israel ve a Irán como una de sus principales amenazas, y la administración de Trump es vista como un apoyo esencial para enfrentar esta situación.
Durante su gobierno, también se evidenció un incremento en la cooperación económica entre Estados Unidos e Israel. Trump promovió inversiones estadounidenses en Israel, con colaboraciones en tecnología, innovación médica y seguridad, impulsando así la economía israelí, especialmente en los sectores de alta tecnología y defensa.
En el ámbito internacional, Trump mostró una postura crítica hacia la ONU y otras organizaciones internacionales, retirando a Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos de la ONU debido a lo que calificó como “sesgo anti-israelí”. Esto representó un importante respaldo diplomático para Israel en la defensa ante las críticas globales.
Finalmente, además de Trump, otros actores resultaron ganadores en estas elecciones. Las agencias de apuestas electorales en Estados Unidos, legalizadas recientemente, generaron gran interés, permitiendo a ciudadanos de todo el mundo apostar sobre los resultados. En particular, las apuestas sobre los estados “oscilantes” captaron la atención, y los resultados reflejaron mejor el ánimo público que las encuestas tradicionales.
Los encuestadores en Estados Unidos fallaron nuevamente, prediciendo una elección cerrada y una posible victoria de Harris en los estados clave, lo que se demostró incorrecto ante el aplastante triunfo de Trump. Incluso Elon Musk, quien apostó por Trump, celebró este resultado.
La victoria de Trump reafirma la fuerte alianza entre Israel y Estados Unidos, que promete volver a sus mejores tiempos. “Dios bendiga a Israel. Dios bendiga a América”, concluye el mensaje.