El alcalde de Marsella entregó 80.000 euros a la agencia de Naciones Unidas para los árabes palestinos, la UNRWA, de la que decenas de miembros están acusados de participar en la masacre del 7 de octubre. El alcalde socialista Benoît Payan había suspendido inicialmente la decisión debido a la polémica suscitada.
¿Por qué dar dinero a una agencia cuya complicidad en las masacres está probada y bajo cuya sede en Gaza se acaban de encontrar un túnel y un búnker de Hamás?
Porque Eurabia es el mejor aliado de Hamás.
Marsella es la segunda ciudad más grande de Francia y ya es musulmana en un 30-40 por ciento. La Open Society de George Soros también lo certifica. La revista Causeur escribe que “bastante más del 50 por ciento de la población marsellesa es magrebí y negroafricana”.
El presidente de la comunidad judía de Marsella, Zvi Ammar, ha pedido a sus correligionarios que no lleven símbolos judíos por la calle. Es demasiado peligroso. Como en Gaza. Un estudiante intentó asesinar a un profesor judío, “en nombre de Alá”, porque llevaba kipá.
Los países árabes se han distanciado de los árabes palestinos, considerándolos “alborotadores y mentirosos”, dice el novelista argelino Boualem Sansal. “Los palestinos se han vuelto así hacia Occidente. Todos los países europeos han decidido apoyar a los palestinos, financiera y diplomáticamente. Los palestinos ganan más con Occidente que con los países árabes que intentan explotarlos por razones internas. Los palestinos tienen embajadas en París, Londres, en Estados Unidos… Este cabildeo funcionó magníficamente y empezamos a ver cada vez más condenas a Israel por parte de los países occidentales.”
- Donación a La UNRWA desde Noruega.
- Donación a la UNRWA por parte de Bélgica.
- Donación a la UNRWA del primer ministro musulmán escocés Humza Yousef.
Los fundamentalistas islámicos conocen el suave vientre de Occidente y se deslizan en él como un cuchillo en la mantequilla. Y si hay un país más permisivo que otros, ese es España.
“Zorra”, así se titula el single con el que Nebulossa representa a España en Eurovisión. Se sitúa en el campo semántico más o menos en el cruce entre “zorra” y “zorra”, una palabra que aparece decenas de veces en la canción de Nebulossa en el centro del debate esta semana desde que fue seleccionada para representar a España en el Festival de Eurovisión.
Irene Montero, líder de la candidatura de Podemos a las elecciones europeas y exministra de Igualdad, defendió la canción y dijo que el debate debe girar en torno a la participación de Israel, que debería ser expulsado de Eurovisión. Montero dijo que “Zorra” puede gustar “más o menos”, pero que “lo fundamental de Eurovisión es boicotear a Israel”.
El primer ministro español, Pedro Sánchez, también defendió a “Zorra”, al igual que la ministra de Inclusión, Elma Saiz.
Un país representado por un himno a las putas.
No está mal para un Gobierno cuyas parlamentarias atacaron a Israel el 7 de octubre y cuya ministra de Igualdad, Ana Redondo, participó en manifestaciones contra el machismo sin decir nada de Hamás. No solo eso, vimos cómo Hamás “agradecía” a la ciudad de Barcelona y al gobierno español su apoyo.
Una alta funcionaria del Estado español, Yolanda Díaz Pérez, líder del gobernante Movimiento Sumar, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, arengó a una multitud en Cádiz el 7 de octubre expresando su apoyo a los “hermanos y hermanas del pueblo palestino”.
Resulta extraño que en Israel se vea al gobierno de Sánchez como defensor de Hamás.
No está mal, para un Gobierno que se autodenomina “feminista”, que tiene a la mitad de sus ministros mujeres, que ha puesto en marcha la huelga de juguetes con la que el Ministerio de Consumo quiso impedir que las niñas pidieran muñecas —y los niños balones— por Navidad; que creó la “Ley para garantizar la libertad sexual”, la ley del “solo sí es sí” al grito de “nunca más violaciones tipificadas como abuso”, y que hasta promovió una app para “medir” cómo se reparten las tareas domésticas en cada familia y combatir el “sexismo”: la mujer en la cocina, el hombre en el sofá.
La ministra de Igualdad, Montero, dijo que “todas las culturas y religiones” tienen formas “de oprimir a la mujer” y de “disciplinar su cuerpo”. “Ocurre en Afganistán, pero también en España”.
¿En España, donde las “putas” son puestas como ejemplo de feminismo? En El Mundo, las iraníes exiliadas en España atacan mientras tanto al Gobierno socialista por su silencio sobre las chicas iraníes que luchan contra el velo de Estado en Teherán.
Lo que queda del espíritu de Occidente sopla fuera de sus blandas fronteras.