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Israel debe darle un nuevo significado al grito “¡del río al mar!”

15 de noviembre de 2023
Israel debe darle un nuevo significado al grito “¡del río al mar!”

El difunto Dr. Yuval Arnon Ohana fue uno de los orientalistas más destacados de la academia israelí. Su investigación se centró principalmente en el movimiento nacional palestino, especialmente en su libro “La línea de arado y fuego”, que trata sobre 150 años de conflicto por la Tierra de Israel, hasta el año 2010.

Es un libro esencial, escrito en un lenguaje penetrante, indispensable para cualquiera que desee comprender en profundidad lo que realmente piensan los árabes. Yuval publicó numerosos artículos de advertencia, entre ellos en la revista trimestral “The Nation”, con análisis advertentes que anticiparon el futuro.

Un ejemplo de ello es su artículo “Israel frente a Hamás” de 2006, después de que Hamás ganara las elecciones parlamentarias palestinas. Al leer este erudito artículo, se puede afirmar con firmeza que las raíces del fracaso del 7 de octubre se encuentran tanto en la retirada unilateral como en la toma del poder por parte de Hamás en Gaza. Porque, ¿qué es Hamás? Para saberlo, no era necesario esperar el horrendo desastre que nos trajo Simjat Torá, sino simplemente leer su “doctrina”.

Hamás busca abiertamente la destrucción del Estado de Israel, explicó el Dr. Arnon-Ohana en su artículo de hace 17 años. Su objetivo explícito es “Palestina desde el río hasta el mar”, un lema que ahora se agita sin temor en las manifestaciones antisemitas en todo el mundo. “Toda la tierra de Palestina es un waqf musulmán sobre el cual no se puede debatir ni renunciar”. Además, Hamás se opone a cualquier negociación con Israel o a un proceso político con él. Su ambición es establecer un Estado islámico teocrático al estilo de Irán, siendo un enemigo acérrimo, parte del “eje del mal” contra nosotros.

Hamás, y es sabido, es aún más extremista en su hostilidad hacia Israel que la OLP. En su Carta Fundacional habla de la eliminación de los judíos; mientras que la Carta de la OLP se refiere “solamente” a la eliminación del sionismo. Los estatutos de Hamás citan “la promesa de Alá”, según la cual “el juicio no vendrá hasta que los musulmanes luchen contra los judíos y los maten, y cuando el judío se esconda detrás de piedras y árboles, entonce slos árboles y la spiedras dirán: «Oh musulmán, oh siervo Alah, hay un judío detrás de mí, ven y mátalo»”.

Hamás intentó implementar esta “orden” el 7 de octubre, con astucia, malicia y sorpresa, y tuvo más éxito del que él mismo anticipó. Sus malvados líderes tenían en cuenta que muchos de sus hombres morirían, convirtiéndose en “mártires”, pero ciertamente no pensaron que los israelíes no fueran los mismos judíos indefensos del siglo VI en la Península Arábiga, o en Hebrón en 1929. Hamás provocó sobre sí mismo y sobre dos millones de gazatíes el mayor de los desastres. Sus consecuencias se agravarán aún más.

Recibimos una lección amarga y precipitada debido a cerrar los ojos ante el ascenso de Hamás al poder y su deseo de llevar a cabo su carta asesina. ¿Por qué ahora, mientras nuestras fuerzas están aplastando la Franja de Gaza hasta reducirla, ya estamos preocupados por la pregunta: «¿Cuál es su objetivo en la Franja de Gaza después de su reconquista?», y menos por lo que está sucediendo en Judea y Samaria? La presión que se ejerce sobre nosotros ya está teniendo efecto.

“Continuaré, junto con mis socios, trabajando incansable y resueltamente por la paz y la solución de dos Estados, para que tanto el pueblo israelí como el pueblo palestino tengan el privilegio de vivir en igualdad, seguridad y dignidad”, recita nuestro amigo el presidente Joe Biden. Por otro lado, tres izquierdistas declarados —Ami Ayalon, Gilad Sher y Orni Petrushka— publican un artículo en la prestigiosa revista Foreign Affairs en el que piden la dimisión de Netanyahu, ya que no aceptará la “solución de dos Estados”.

Si se establece un Estado palestino en Judea y Samaria (Cisjordania), dentro de las líneas de 1967, por supuesto, será una gran victoria para Hamás y su ideología asesina, a pesar de su extinción en Gaza. Después de todo, Hamás, como enseñó el Dr. Arnon-Ohana, es ante todo una ideología, un fanatismo religioso, odio a los “infieles”, encabezados por los judíos, y una orden para destruirlos. Estas ideas se están ganando los corazones y las mentes de los árabes de Judea y Samaria, y la situación de seguridad allí está empeorando cada vez más. Judea y Samaria también se están convirtiendo en un frente ardiente de día en día.

Afortunadamente, a diferencia de la descuidada Franja de Gaza, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) tienen una fuerte presencia en el terreno. Felizmente, hay fuertes asentamientos judíos dispersos allí. Sin estos, Judea y Samaria pasaría de ser autónoma (al menos en las áreas A y B) a un Estado de Hamás, y lo que experimentamos en los alrededores de Gaza pronto será presenciado por todas nuestras comunidades dentro de las partes liberadas de la patria y a lo largo de la larga y sinuosa “línea de costura”.

No será la “moderada” OLP la que tenga la soberanía sobre el terreno, ni Abu Mazen y su Autoridad Palestina serán los gobernantes, sino líderes del tipo de Sinwar [líder de Hamás]. El “Rais” y sus pocos leales serán neutralizados. Una y otra vez se intentará destruir “la entidad sionista” y matar a los judíos, incluso a costa del suicidio, porque ese es el espíritu y la creencia del Islam radical desde su surgimiento en el siglo VI. Esto recuerda a la parábola del toro y el escorpión, que le pidió cruzar al otro lado del río y a mitad de camino lo picó. “¿Por qué hiciste eso, si ambos nos estamos ahogando?”, preguntó el toro con sus últimas fuerzas, y el escorpión respondió: “Está en mi naturaleza”.

Nos ha picado el escorpión de Hamás. No debemos permitir ser picados de nuevo. No debemos caer en la ilusión de paz con Hamás y la OLP, ni en Gaza, ni en Judea y Samaria. Autonomía sí, Estado no. Y a nuestro amigo, el presidente estadounidense Biden, o quien venga después de él, que quiere establecer un Estado palestino, le diremos: NO.

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