Isaac Zablocki, un empresario cinematográfico radicado en el JCC de Manhattan, se especializa en proyectar películas que buscan desafiar e iluminar al público. Al enterarse del largometraje israelí “Legend of Destruction” antes de su estreno en 2021, supo que debía presentarlo en su centro.
Aunque Zablocki suele exhibir películas que abordan temas contemporáneos, incluidos los problemas actuales de Israel, “Legend of Destruction” era distinta. Esta película revive la historia de la destrucción del Segundo Templo en Jerusalén en el año 70 d.C., un tema recurrente en la narrativa judía. La relevancia de la película para Zablocki se ha acentuado tras los eventos del 7 de octubre, cuando miles de terroristas de Hamás invadieron el sur de Israel, dejando un saldo de 1.200 muertos y 251 secuestrados, además de cometer atrocidades.
“Ya era relevante antes del 7 de octubre, pero ahora lo es aún más”, comentó Zablocki, quien dirige el Centro de Cine de Israel del JCC. Subrayó cómo los hechos actuales evocan el contenido de la película, que trata sobre las divisiones internas entre los judíos antes de la destrucción del templo. La película fue aclamada en Israel, donde ganó cuatro premios en la versión local de los Oscar. En medio de un tenso debate en el parlamento israelí, el ex primer ministro Naftali Bennett instó a los legisladores a verla, advirtiendo que la polarización “no es el camino”.
El filme se estrenó en Estados Unidos el año pasado con un nuevo elenco de voces en inglés, recibiendo elogios, aunque sin atraer un amplio público. Según The Art Newspaper, la película ha tenido dificultades para proyectarse en el extranjero, en parte debido a la guerra en Gaza. Aun así, varias instituciones judías han programado su proyección alrededor de Tisha B’Av, día que conmemora la destrucción de ambos templos.
Desde el 7 de octubre, el mundo cultural ha mostrado una creciente reticencia hacia las obras israelíes, pero los creadores judíos consideran que esta película es más relevante que nunca, en medio de una guerra que ha profundizado las divisiones tanto en Israel como entre los judíos estadounidenses. Este ambiente está además exacerbado por el aumento del antisemitismo y una campaña presidencial estadounidense cada vez más agria.
El director de la película, Gidi Dar, conocido por su obra “Ushpizin” de 2004, señala que la película es una metáfora del estado actual de las democracias. Las divisiones internas y el gran peligro que estas representan son temas universales, afirma Dar, quien advierte que no solo los estados occidentales están en riesgo de colapsar desde dentro, sino que esta amenaza podría incluir incluso a Estados Unidos.
“Legend of Destruction” se destaca por su técnica innovadora, narrando la historia mediante 1.500 imágenes fijas trabajadas con Photoshop, que son presentadas a través de tomas panorámicas, lo que le otorga un enfoque visual único.
Conflictos internos entre grupos judíos facilitaron la entrada romana en Jerusalén
El ejército romano logró entrar en Jerusalén y destruir el Templo en gran medida gracias a las luchas internas entre distintos grupos judíos de la época, como lo reflejan tanto las fuentes bíblicas como los escritos del historiador judío romano Flavio Josefo. Estas divisiones entre las facciones judías no solo debilitaban la defensa de la ciudad, sino que también permitieron que los romanos aprovecharan las disputas para avanzar en su conquista.
En un contexto contemporáneo, la película que aborda estos eventos llegó con un prestigioso respaldo, incluyendo a artistas involucrados previamente en la aclamada “Vals con Bashir”. Además, el elenco de voces en inglés incluyó a reconocidas celebridades como Oscar Isaac, Elliot Gould y Evangeline Lilly, lo que llevó a comparaciones con épicas como “Gladiator” y “Ben-Hur”. Los actores subrayaron la relevancia de la historia en relación con los conflictos actuales.
Lilly, en un video promocional, destacó la brutalidad y la tristeza de la historia, calificándola como una advertencia importante en el mundo actual. Por su parte, Isaac la describió como “terriblemente relevante”.
El director de la película, Dar, decidió enfocar su lanzamiento en el público judío después del 7 de octubre, reconociendo la necesidad de dirigirse primero a su propia comunidad antes de expandirse a una audiencia más amplia. Dar afirmó que, aunque la película aborda temas de relevancia judía, también trata cuestiones generales que son significativas para el estado actual de la democracia.
En el futuro, Dar contempla la posibilidad de proyectar la película en lugares controvertidos, como en universidades donde se realizaron protestas contra Israel, aunque admite que no puede predecir la reacción del público. Por su parte, Zablocki, otro involucrado en la película, expresó su esperanza de que los espectadores, tanto judíos como no judíos, comprendan el mensaje de la película sobre las consecuencias del odio innecesario, recordando que, según el Talmud, el Templo fue destruido por el “sinat jinam”, el odio sin razón, y advirtió sobre los peligros de la división interna en las comunidades actuales.