Jeffrey Epstein, empresario estadounidense acusado de tráfico sexual, se ha suicidado, informaron el sábado los medios de comunicación estadounidenses.
El mes pasado, los medios de comunicación informaron que Epstein fue encontrado por guardias tendidos en el piso de la celda del Centro Correccional Metropolitano en un aparente intento de suicidio. Los informes, que citaban fuentes anónimas, llegaron días después de que a Epstein se le negara la libertad bajo fianza mientras esperaba un juicio por cargos de tráfico sexual.
Epstein, que se crió en un hogar judío en Brooklyn, Nueva York, hizo su fortuna en Wall Street y dirigió una compañía de administración financiera cuyos clientes incluían a algunas de las personas más ricas de los Estados Unidos. Epstein tiene amplios contactos con empresarios y políticos de alto nivel. Sus contactos cercanos incluyeron a los presidentes Bill Clinton y Donald Trump.
También era conocido por su llamativo estilo de vida. Epstein vivía en una mansión de 77 millones de dólares en Manhattan y poseía otra mansión en Florida y otra en las Islas Vírgenes, así como propiedades en París y Nuevo México.
A principios de julio, Epstein fue arrestado en un aeropuerto de Nueva Jersey después de llegar de una visita a París y fue acusado de tráfico sexual.
En la investigación original, que terminó en un acuerdo de declaración de culpabilidad y en cargos estatales en lugar de federales, las autoridades de Florida encontraron que Epstein pagó a docenas de niñas de tan solo 14 o 15 años, algunas de ellas fugitivas o con hijos de acogida, por servicios sexuales entre 1999 y 2005.
En una redada en su mansión de Nueva York después del arresto de Epstein, la policía encontró cientos de fotografías de niñas menores de edad.
Bajo el acuerdo de declaración de culpabilidad en 2008, Epstein se declaró culpable de solicitar y procurar a una persona menor de 18 años para la prostitución. Cumplió 13 meses en un calabozo en el campo, bajo un arreglo que le permitía dejar su sentencia en una división privada, de la cual se le permitía salir a trabajar seis días a la semana.
Los arreglos indulgentes, que suscitaron críticas públicas, se atribuyeron a sus conexiones empresariales y políticas. Ese acuerdo está siendo impugnado ahora en un tribunal federal de Florida.