Pelé, la mágica estrella del fútbol brasileño que se levantó de la pobreza descalzo para convertirse en uno de los atletas más grandes y más conocidos de la historia moderna, murió a la edad de 82 años, dijo su hija en Instagram el jueves.
Había estado entrando y saliendo del hospital en los últimos meses tras detectársele un tumor en el colon.
El hospital Albert Einstein de Sao Paulo, donde Pelé estaba recibiendo tratamiento, dijo que murió a las 3:27 p.m. “debido a múltiples fallas orgánicas resultantes de la progresión del cáncer de colon asociado con su condición médica previa”.
Pelé, cuyo nombre de real era Edson Arantes do Nascimento, marcó un récord mundial de 1.281 goles, y es el único jugador que ha ganado tres veces la Copa del Mundo.
Nacido el 23 de octubre de 1940 en Tres Corações (Minas Gerais), Edson Arantes do Nascimento aprendió el fútbol de su padre, un jugador semiprofesional cuya prometedora carrera se vio truncada por una lesión de rodilla.
La vida de Pelé
Varios aspectos de su juventud están oscurecidos por el mito, incluido el origen de su famoso apodo. Según contaba Pelé (a veces), jugaba a menudo de portero en partidos de barrio, y los niños empezaron a compararlo con un jugador local llamado “Bilis”… y las letras se fueron torciendo con el paso de los años.
Fuera cual fuese la verdad, pronto deslumbró a los ojeadores no como portero, sino como delantero ofensivo: un prototipo de número 10.
Con una habilidad sublime y una sonrisa ganadora, contribuyó a convertir el fútbol en el deporte más popular del mundo y encandiló a papas, presidentes y estrellas de Hollywood en una carrera de siete décadas como jugador y embajador de este deporte.
Era respetado por su talento y, más que ningún otro jugador desde entonces, podía hacerlo todo: tenía dos pies, una velocidad y una resistencia tremendas, cabeceaba, pasaba, encaraba y, por supuesto, marcaba goles.
Llegó al Santos a los 15 años y convirtió al pequeño club costero en uno de los nombres más famosos del fútbol.
Durante una brillante etapa de 18 años en el club, ganó todos los títulos del fútbol brasileño, así como dos Copas Libertadores -el equivalente sudamericano de la Liga de Campeones- y dos Copas Intercontinentales, el torneo anual que disputan los mejores equipos de Europa y Sudamérica.
Su talento no tardó en ser reconocido por la selección nacional, que lo incluyó en la lista de Brasil para el Mundial de Suecia 1958, aunque un psicólogo del equipo calificó al joven de 17 años de “obviamente infantil” y desaconsejó que jugara con él.
Pelé marcó un triplete en el primer tiempo de la semifinal contra Francia, y otros dos goles en la final contra el equipo anfitrión sueco, ayudando a Brasil a conquistar el primer campeonato de su historia.
Las lesiones le impidieron participar en todos los partidos de la Copa de 1962, que Brasil ganó, excepto en dos. En el torneo de 1970, celebrado en México, un Pelé de 29 años, ya plenamente maduro, ganó el título por tercera vez con una selección brasileña que incluía a otras estrellas como Carlos Alberto Torres y Tostão, y que muchos consideran el mejor equipo de la historia.
“Me dije antes del partido: ‘Está hecho de piel y huesos como todos los demás’“, declaró Tarcisio Burgnich, el defensa italiano encargado de marcar a Pelé en la final de 1970.
“Pero me equivoqué”.
ESTRELLA EN NUEVA YORK
En un principio, Pelé se retiró en 1974, pero tras descubrir que unas inversiones poco aconsejables le habían dejado arruinado, aceptó al año siguiente una oferta para jugar en la incipiente North American Soccer League por la entonces asombrosa suma de cerca de un millón de dólares al año.
El carisma de Pelé deslumbró incluso a los neoyorquinos más curtidos. Se codeaba con famosos y en una ocasión compartió mesa en el famoso club nocturno Studio 54 con Mick Jagger, Rod Stewart y Andy Warhol, quien calificó a Pelé de excepción a su dicho de que todo el mundo tendría 15 minutos de fama.
“Pelé fue uno de los pocos que contradijo mi teoría: en lugar de 15 minutos de fama, tendrá 15 siglos”, dijo el artista.
Incluso en semejante compañía, Pelé se mantuvo alejado del alcohol y las drogas, alegando que necesitaba proteger su cuerpo y servir de modelo a los niños.
Sin embargo, admitió otras “debilidades”. Sus dos divorcios, sus numerosas aventuras amorosas y los dos hijos que reconoció haber tenido fuera del matrimonio alimentaron la percepción de una brecha entre el chillón y limpio hombre de negocios y la escurridiza persona de la vida real que prefería que le llamaran Edson.
En el terreno de juego, Pelé condujo al Cosmos de Nueva York al campeonato de liga en 1977 y atrajo a millones de aficionados a un deporte que hasta entonces parecía inaccesible y europeo.
Años más tarde, cuando Estados Unidos ganó el derecho a organizar la Copa Mundial de 1994, el jefe de la federación estadounidense de fútbol calificó a Pelé como la razón “más importante”.
Los 1.281 goles de Pelé en 1.366 partidos, según la tabulación del sitio web de la FIFA, se produjeron a un sorprendente ritmo de 0,94 por partido. Algunos de ellos eran amistosos o se produjeron en partidos jugados como parte de su servicio militar, pero fue igual de prolífico en torneos oficiales, con 757 goles en 812 partidos.