La leyenda del cine escocés Sean Connery, que alcanzó el estrellato internacional como el elegante, sexy y sofisticado agente británico James Bond y pasó a la pantalla grande durante cuatro décadas, ha muerto a los 90 años, según informaron el sábado la BBC y Sky News.
Connery se crió casi en la pobreza en los barrios bajos de Edimburgo y trabajó como pulidor de ataúdes, lechero y socorrista antes de que su afición al fisicoculturismo le ayudara a lanzar una carrera de actor que lo convirtió en una de las mayores estrellas del mundo.
“El mayor escocés del mundo, la última de las verdaderas estrellas de Hollywood, el Bond definitivo”, dijo Alex Salmond, ex primer ministro de Escocia. “También fue un patriota incondicional, un pensador profundo y un ser humano excepcional”.
Connery será recordado primero como el agente británico 007, el personaje creado por el novelista Ian Fleming e inmortalizado por Connery en películas que comienzan con “El Dr. No” en 1962.
Como Bond, sus modales y su humor irónico al frustrar a villanos extravagantes y al retozar con mujeres hermosas mostraban un tono más oscuro y violento, y creó una profundidad de carácter que marcó la pauta para los que le siguieron en el papel.
Se presentaba en las películas con la firma “Bond, James Bond”. Pero a Connery no le gustaba que lo definieran en el papel y una vez dijo que “odiaba a ese maldito James Bond”.
Alto y guapo, con una voz gutural que encaja con una personalidad a veces malhumorada, Connery interpretó una serie de papeles notables además de Bond y ganó un premio de la Academia por su interpretación de un duro policía de Chicago en “Los Intocables” (1987).
Tenía 59 años cuando la revista People lo declaró el “hombre más sexy del mundo” en 1989.
Connery fue un ardiente defensor de la independencia de Escocia y se tatuó las palabras “Escocia por siempre” en su brazo mientras servía en la Marina Real. Cuando fue nombrado caballero a la edad de 69 años por la Reina Isabel de Gran Bretaña en 2000 en el Palacio de Holyrood en Edimburgo, llevaba un vestido escocés completo incluyendo la falda a cuadros verde y negra del clan MacLeod de su madre.
SE HARTÓ DE LOS “IDIOTAS”
Entre las películas no obligatorias más destacadas se encuentran “Marnie” (1964) del director Alfred Hitchcock, “El viento y el león” (1975) con Candice Bergen, “El hombre que sería rey” (1975) del director John Huston con Michael Caine, “Indiana Jones y la última cruzada” (1989) del director Steven Spielberg y el cuento de la Guerra Fría “La caza del Octubre Rojo” (1990).
Los fans del cine alternativo siempre lo recordarán como el “Brutal Exterminador” Zed en la alucinante epopeya fantástica de John Boorman “Zardoz” (1974), en la que un Connery muy bigotudo se pasó gran parte de la película corriendo en un magro taparrabos rojo, botas de cuero hasta el muslo y una cola de caballo.
Connery se retiró del cine después de disputar con el director de su última salida, la olvidable “La Liga de los Caballeros Extraordinarios” en 2003.
“Estoy harto de tratar con idiotas”, dijo.
La franquicia de Bond seguía en pie más de cinco décadas después de que Connery la iniciara. Las películas producidas con lujo, llenas de aparatos de alta tecnología y efectos espectaculares, rompieron récords de taquilla y recaudaron cientos de millones de dólares.
Después del gran éxito de “Dr. No”, más películas de Bond siguieron a Connery en rápida sucesión: “From Russia with Love” (1963), “Goldfinger” (1964), “Thunderball” (1965) y “You Only Live Twice” (1967).
Connery se preocupó entonces por ser encasillado y decidió separarse. El actor australiano George Lazenby le sucedió como Bond en ““On Her Majesty’s Secret Service” en 1969.
Pero sin Connery le faltaba lo que el público quería y fue atraído en 1971 por “Los diamantes son para siempre” con tentaciones que incluían una parte de los beneficios, que dijo que irían a un fondo educativo escocés. Insistió en que sería su última vez como Bond.
Doce años más tarde, a los 53 años, Connery volvió como 007 en “Never Say Never Again” (1983), una producción independiente que enfureció a su antiguo mentor, el productor Albert “Cubby” Broccoli.
PREFERÍA LA CERVEZA A LOS MARTINIS
En una entrevista de 1983, Connery resumió el ideal de la película de Bond como tener “lugares maravillosos, ambiente interesante, buenas historias, personajes interesantes – como una historia de detectives con espionaje y escenarios exóticos y bonitos pájaros”.
Connery era un tipo muy diferente al personaje de Bond de Fleming con su impecable trasfondo social, prefiriendo la cerveza a los cócteles de vodka martini de Bond.
Pero la influencia de Connery ayudó a dar forma al personaje tanto en los libros como en las películas. Nunca intentó disfrazar su acento escocés, lo que llevó a Fleming a darle a Bond una herencia escocesa en los libros que se estrenaron después del debut de Connery.
Thomas Connery nació el 25 de agosto de 1930. Era el mayor de dos hijos de un camionero de larga distancia y una madre que trabajaba como limpiadora. Abandonó la escuela a los 13 años y trabajó en una variedad de trabajos serviles. A los 16 años, dos años después de que terminara la Segunda Guerra Mundial, Connery fue reclutado por la Marina Real, y sirvió tres años.
“Crecí sin la noción de una carrera, y mucho menos de actuación”, dijo una vez. “Ciertamente nunca lo he planeado. Todo fue una casualidad, en realidad”.
Connery hizo pequeños papeles en compañías de repertorio teatral antes de graduarse en cine y televisión.
Fue su papel en una película de duende de Disney de 1959, “Darby O’Gill y la gente pequeña”, lo que ayudó a conseguir el papel de Bond. Broccoli, un productor de las películas de Bond, le pidió a su esposa que viera a Connery en la película de Disney mientras él buscaba al actor principal adecuado.
Dana Brócoli dijo que su esposo le dijo que no estaba seguro de que Connery tuviera atractivo sexual.
“Vi esa cara y la forma en que se movía y hablaba y dije: ‘Cubby, es fabuloso’”, dijo. “Era perfecto, tenía material de estrella justo ahí”.
Connery se casó con la actriz Diane Cilento en 1962. Antes de divorciarse 11 años después, tuvieron un hijo, Jason, que se convirtió en actor. Se casó con la artista francesa Micheline Roquebrune, a quien conoció jugando al golf, en 1975.