El Foro de Comandantes y Soldados de Reserva ha dado a conocer el denominado “Plan de los generales” para derrotar a Hamás. Este plan fue elaborado bajo la dirección del Mayor general (Res.) Giora Eiland, con la colaboración del Mayor general (Res.) Gershon Hacohen, el general de Brigada Dedi Simchi (Res.) y otros oficiales de alto rango.
La propuesta se fundamenta en la premisa de que las actuales incursiones en Gaza no son suficientemente efectivas para vencer a Hamás ni para ejercer la presión necesaria para que el grupo terrorista libere a los 101 rehenes que aún mantiene cautivos.
Según los lineamientos del plan, toda el área al norte del corredor de Netzarim, que incluye la ciudad de Gaza y todos sus barrios, sería declarada zona militar cerrada. La población, estimada en unas 250.000 personas, según datos del ejército, tendría que evacuar de inmediato.
Se contempla un plazo de una semana para que los residentes puedan abandonar la zona. Tras este período, se impondría un asedio militar total, enfrentando a los terroristas en Gaza con la disyuntiva de rendirse o morir. El foro sostiene que esta estrategia cumple con las normas del derecho internacional al permitir la evacuación de civiles antes del inicio del asedio.
El plan también sugiere que Israel establezca complejos de residencia humanitaria para los evacuados y bloquee la entrada de suministros al norte de la Franja de Gaza. “Hemos definido dos corredores de salida relativamente seguros que serán protegidos por las fuerzas de las FDI. Los evacuados recibirán alimentos y agua, pero, a partir de una semana, ningún suministro entrará en la zona militar del norte de Gaza”, afirmaron.
El Mayor general Eiland indicó que “unos 5.000 terroristas en esta área se rendirían o morirían de hambre bajo estas condiciones”.
Eiland expuso las razones que llevaron al líder de Hamás, Yahya Sinwar, a aceptar un acuerdo en noviembre. Explicó que el acuerdo inicial propuesto en noviembre de 2023 era favorable para la liberación de rehenes, particularmente considerando la situación actual. Según ese acuerdo, Israel recibiría diez rehenes vivos diariamente.
“¿Por qué fue exitoso este acuerdo?”, cuestionó Eiland. “La razón es clara. Hasta ese momento, solo dos camiones con suministros ingresaban a Gaza al día. Hamás comenzó a darse cuenta de que la escasez de suministros podría impactar significativamente su capacidad de combate y la de su población, además de provocar resentimiento y enojo entre la población hambrienta. Esta presión era más preocupante para Hamás que cualquier otra cuestión, por lo que insistieron en que, como parte del acuerdo, Israel aumentara la cantidad de camiones de dos a doscientos”.
Eiland se preguntó por qué no se volvió al límite de dos camiones, que era la situación previa al acuerdo, y respondió que Israel dejó de presionar en ese sentido. “Renunciamos a esta cuestión. Los dictadores como Sinwar no temen tanto la presión militar como a dos cosas: una alternativa de gobierno y la posibilidad de una multitud enfurecida que los derroque”.
Según Eiland, la situación actual en Gaza muestra que Sinwar no enfrenta suficiente presión. Hamás controla los suministros que ingresan, combinando abundancia de recursos con un grado de calma en la región. Esta percepción de Hamás como distribuidor de suministros dificulta la conclusión de la guerra. La pérdida del control del norte de la Franja podría, desde el punto de vista de Sinwar, ejercer una presión real sobre él, ya que comprenderá que lo mismo podría repetirse en Rafah y otras zonas.
“Veremos aumentar la presión sobre Sinwar”, afirmó Eiland. Según él, Sinwar “entenderá que estos serán los siguientes pasos. Si no aplicamos esta estrategia, no lograremos los tres objetivos de la guerra: rescatar a los rehenes, desmantelar el poder de Hamás y garantizar que Gaza no represente una amenaza futura para Israel”.