Ziad Nakhaleh, comandante de la Yihad Islámica Palestina en Gaza, señaló en una reciente entrevista que el uso de teléfonos móviles resultó ser fatal para los miembros de alto rango de su grupo durante los últimos combates contra Israel.
Según Nakhaleh, el descuido en el manejo de estos dispositivos condujo a su localización y posterior asesinato.
Infiltración o Descuido: La muerte ronda por la tecnología
El entrevistador del sitio web Haya Washington sugirió que la muerte de líderes clave pudo deberse a la infiltración en la Yihad Islámica, a pesar de los esfuerzos por mantener en secreto su ubicación.
Sin embargo, Nakhaleh, quien se presume reside en Siria o Líbano, refutó dicha teoría, asegurando que los errores de rastreo y tecnológicos de sus enemigos fueron la causa.
La Yihad Islámica depende de los celulares
En una rara admisión de error, Nakhaleh declaró que la negligencia en el uso de tecnologías de comunicación, especialmente los teléfonos móviles, costó la vida a los altos mandos.
A pesar de las fuertes políticas en contra del uso de dichos dispositivos, estos siguen siendo parte integral de las operaciones diarias, un hecho que Nakhaleh criticó con dureza.
Falsas esperanzas: el silencio del enemigo y la fatal visita familiar
Nakhaleh también ofreció un nuevo ángulo sobre la forma en que murieron los líderes.
Según él, un breve periodo de silencio por parte del ejército israelí después de los primeros lanzamientos de cohetes el 2 de mayo creó una “atmósfera de calma”.
Los líderes asesinados aprovecharon este momento para visitar a sus familias de manera clandestina, una decisión que resultó ser trágicamente equivocada.
El espía en el bolsillo de los terroristas: Teléfonos Móviles
El teléfono móvil fue descrito por Nakhaleh como el “objeto más peligroso”, ya que esencialmente actúa como un espía móvil que puede revelar fácilmente la ubicación de su portador al enemigo.
Estas declaraciones muestran la necesidad de abordar la creciente importancia de la tecnología y la ciberseguridad en los conflictos modernos.