Siete países árabes celebraron una cumbre de emergencia en Riad para definir una alternativa al plan de control de Gaza propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Su polémica idea de “limpiar” la Franja de Gaza se mantiene, aunque sus asesores admiten que busca presionar a los aliados árabes para que diseñen su propio esquema de administración posguerra sin Hamás en el poder.
El plan árabe aún está en desarrollo y no se alcanzó un acuerdo final en la cumbre, pero hay consenso en un punto clave: la Autoridad Palestina debe formar parte de la estrategia. No obstante, los líderes consideran que el presidente Mahmoud Abbas no es esencial e incluso podría ser un obstáculo para el proceso.
Por esa razón, Abbas no fue invitado a la reunión en Riad, según diplomáticos árabes y europeos. A pesar de intentos discretos desde Ramala para asegurar su asistencia, varios líderes expresaron su oposición, lo que llevó a Arabia Saudita a excluirlo de la cumbre.
Abbas pierde respaldo árabe en la discusión sobre Gaza
El presidente de Emiratos Árabes Unidos, Muhammed bin Zayed, se mantuvo como el principal opositor a la participación de Mahmoud Abbas en el plan para Gaza, según tres diplomáticos. Abu Dhabi, que ha acusado a Abbas de corrupción durante años, reforzó su postura con el respaldo del emir de Qatar, Tamim bin Hamad. Doha, molesta por la clausura de Al Jazeera en Judea y Samaria ordenada por Abbas, se unió a la presión para excluirlo de la cumbre.

Egipto tampoco salió en su defensa. Abdel-Fatah el-Sissi ha rechazado reuniones directas con Abbas y ha impulsado un comité temporal para gobernar Gaza tras la guerra. Mientras la Autoridad Palestina busca control absoluto sobre el panel, Egipto insiste en que sea independiente y compuesto por tecnócratas avalados por todas las facciones, incluidos Hamás y la Autoridad Palestina. El Cairo argumenta que este modelo evitaría que Israel bloquee su formación y garantizaría mayor legitimidad.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se ha opuesto a que la Autoridad Palestina reemplace a Hamás, aunque recientemente permitió la participación de sus funcionarios en la operación del cruce de Rafah.
Incluso el rey Abdullah de Jordania, considerado el aliado más cercano de Abbas en la región, evitó respaldarlo en la cumbre. Fuentes diplomáticas aseguran que el monarca hachemita está cada vez más frustrado con la falta de adaptación de Abbas a la nueva realidad política en la región y en Washington. Hasta el momento, el Ministerio de Relaciones Exteriores jordano no ha emitido comentarios sobre la situación.
Abbas enfrenta presiones árabes y descontento europeo
Un diplomático europeo reconoció algunas críticas contra Mahmoud Abbas, pero cuestionó la legitimidad de otras. Señaló que muchas acusaciones de corrupción provienen de gobiernos que tampoco son democráticos ni transparentes. Además, destacó que Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Qatar intentan moldear la Autoridad Palestina según sus propios intereses, lo que ha llevado a Abbas a un punto en el que no puede complacer a ninguno.

A pesar de ello, la Unión Europea tampoco está satisfecha con el liderazgo de Abbas. La reciente reforma del sistema de bienestar de la Autoridad Palestina, que elimina el esquema de pagos a terroristas palestinos presos en cárceles israelíes en función de sus condenas y lo reemplaza por una asistencia basada en la situación financiera de cada beneficiario, no fue coordinada con Bruselas. La UE había presionado durante años para eliminar el programa conocido como “pagar para matar”, pero ahora duda en financiar el nuevo sistema, ya que Abbas lo ha trasladado a un organismo independiente dirigido por su aliado Ahmad Majdalani.
Bruselas esperaba una mayor comunicación sobre la reforma, pero se enteró del cambio a través de los medios, lo que generó frustración entre sus diplomáticos.
Mientras tanto, la relación entre Ramala y la administración Trump sigue siendo mínima. Washington muestra poco interés en la creciente inestabilidad en Judea y Samaria, donde los grupos armados palestinos desafían tanto a la Autoridad Palestina como a Israel. Las operaciones militares israelíes han devastado campos de refugiados hasta alcanzar niveles de destrucción comparables a los de Gaza, según un diplomático europeo.
Abbas queda aislado mientras los líderes árabes buscan soluciones para Gaza
Desde la cumbre en Riad, la oficina de Mahmoud Abbas no ha recibido ningún respaldo público de los líderes árabes. Mientras tanto, Egipto se prepara para una reunión en El Cairo donde presentará el plan árabe para Gaza. Se espera que Abbas sea invitado y participe en este evento más abierto.
Los países árabes enfrentan una presión creciente por parte de Estados Unidos, que exige una solución para Gaza sin Hamás, a pesar de que Israel no ha logrado eliminar al grupo tras más de 15 meses de guerra. Según un diplomático árabe, si bien despojar a Hamás de su control gubernamental es viable, lograr que entregue sus armas sin un proceso de paz con Israel resulta irreal.

El impacto de las exigencias de Washington se hace sentir en la región. Un diplomático europeo señaló que, por primera vez, los líderes árabes consideran abandonar a Abbas si eso les ayuda a evitar conflictos con la administración Trump. Egipto y Jordania ven el plan estadounidense como una amenaza a su estabilidad, por lo que podrían aceptar una reestructuración completa de la Autoridad Palestina si lo consideran necesario.
Sin embargo, este cambio implicaría un alto riesgo. Un sucesor de Abbas podría no estar comprometido con la no violencia como él. Consciente de su pérdida de apoyo, Abbas tomó la inusual decisión de destituir a su antiguo aliado Hussein al-Sheikh como ministro de Asuntos Civiles de la Autoridad Palestina. La medida busca mostrar que comprende la necesidad de cambios, aunque Sheikh sigue ocupando el influyente cargo de secretario general del Comité Ejecutivo de la OLP, lo que deja en duda si realmente se trata de un giro estratégico en su liderazgo.