El alcalde de Tel Aviv, Ron Huldai, desató una fuerte controversia tras declarar que la religión y la democracia son conceptos incompatibles. Durante una entrevista en el pódcast de Nadav Perry, sostuvo que quien cree en un Dios supremo no puede aceptar plenamente la autoridad de instituciones democráticas, como la Corte Suprema.
Al ser interpelado por Perry sobre si estaba sugiriendo que los creyentes no pueden convivir con la democracia, Huldai respondió con contundencia: “No. Porque si crees en él, dices que es supremo. No puede ser que la Corte Suprema falle en contra de lo que está escrito y de lo que usted cree. Por lo tanto, la religión, por su propia naturaleza, es antidemocrática”.
Huldai argumentó que en un sistema religioso las decisiones están determinadas de antemano por autoridades espirituales, lo que excluye el debate y la deliberación democrática. “En religión, vamos a un rabino para todo. Está decidido y escrito, y te dicen si algo sigue la Halajá o no. Si la Halajá es ley, entonces somos Irán”, agregó.
Las declaraciones generaron una ola de reacciones. Yinon Magal, analista político del Canal 14, criticó duramente al alcalde, acusándolo de ignorancia y anarquismo. En su cuenta de redes sociales, Magal escribió: “Ron Huldai es tan anarquista que todavía vive en un mundo en el que se le pregunta a un soldado religioso si escucha a su comandante o a un rabino. Como si no hubiéramos visto a quienes se negaron a servir en las FDI por lealtad a sus valores y no al gobierno”.
Magal también lo acusó de malinterpretar tanto la religiosidad como el sistema democrático. “La democracia, para él, es que sus valores gobiernen, incluso si eso significa que una minoría se imponga sobre la mayoría. En resumen, otro dinosaurio ‘iluminado’”, remató.
Las declaraciones de Huldai se produjeron en un contexto de creciente tensión política y cultural dentro de Israel, donde la relación entre el poder civil, la autoridad religiosa y la identidad del Estado sigue siendo un tema de profundo debate.