Al primer ministro Benjamin Netanyahu le preocupa un escenario que puede hacerse realidad: un gobierno de derechas con la participación de los partidos haredi y el sionismo religioso, junto con Naftali Bennett, Gideon Sa’ar, Benny Gantz y posiblemente Yair Lapid.
A pesar de la posible participación de Lapid, sería difícil definir ese gobierno como un gobierno de izquierdas. El escenario puede llegar a ser práctico solo en el último momento, si se convierte en la única forma de evitar unas quintas elecciones.
Channel 12 News informó de que el primer ministro Netanyahu dijo en conversaciones a puerta cerrada: “Si Bennett se une – podré formar una coalición de 61. Si tuviera 59, ya tendría 61, Bennett no está realmente conmigo”. Personas cercanas a Netanyahu plantearon la posibilidad de renunciar al cargo de primer ministro y presentarse como candidato a la presidencia, pero él, a su vez, rechazó la propuesta por el momento y prefiere seguir siendo candidato a primer ministro como presidente del Likud.
En el otro lado del mapa político hay una lucha de poder entre Bennett y Sa’ar, que están en la derecha, y Yair Lapid, que lidera el centro-izquierda. Bennett y Sa’ar están enfadados con Lapid. Según ellos, está recogiendo recomendaciones, aunque no tiene capacidad para formar gobierno con ellos en su situación actual.
Mientras tanto, el presidente de Judaísmo Unido de la Torá, Moshe Gafni, está enfadado con el primer ministro Netanyahu por su reticencia a trabajar con el presidente de la Lista Árabe Conjunta, Mansour Abbas, para formar gobierno.
Gafni dijo que “Netanyahu, que impulsó a Smotrich, recogerá lo que sembró. Ahora Smotrich es quien decide quién puede ir en la coalición”.
Al mismo tiempo, se estima que cinco de los seis miembros de la Lista Conjunta recomendarán al presidente Reuven Rivlin que imponga el mandato para formar gobierno a Yair Lapid. Por otra parte, parece que el presidente de la Lista Árabe Conjunta, Mansour Abbas, tiene la intención de apoyar al primer ministro Benjamin Netanyahu.