El presidente Isaac Herzog reiteró que “la violencia es una línea roja que no se debe cruzar”, tras los recientes disturbios en una protesta antigubernamental. Durante la manifestación, la policía enfrentó lo que describió como “disturbios desenfrenados”.
Herzog enfatizó en medios hebreos el derecho a protestar como pilar democrático, pero advirtió contra el uso de la violencia en las manifestaciones.
“La división interna fortalece a nuestros enemigos”, declaró Herzog, marcando una distinción clara entre la protesta pacífica y los actos violentos.
Esta postura resuena con la advertencia de Ronen Bar, jefe del Shin Bet, quien criticó el discurso violento observado tanto en línea como en las calles.
La protesta, que inició en la Knéset y culminó cerca de la residencia del primer ministro Benjamín Netanyahu, escaló en violencia, especialmente cerca de la vivienda del líder.
La confrontación dejó tanto a agentes como a manifestantes heridos, destacando un incidente donde un manifestante lanzó una antorcha encendida a un policía.