Israel ha anunciado su decisión de dejar de otorgar visados automáticos a los empleados de las Naciones Unidas (ONU), alegando que la organización internacional es “cómplice” de las tácticas de Hamás.
Esta medida ha incrementado las tensiones entre Israel y la ONU, con Israel sosteniendo durante mucho tiempo que la organización mundial emite críticas consideradas injustas y desproporcionadas.
El portavoz del Gobierno israelí, Eylon Levy, ha declarado que a partir de ahora, Israel evaluará las solicitudes de visado de los empleados de la ONU de forma individual y ya no las concederá automáticamente.
Levy acusó a la ONU de encubrir las acciones de Hamás, argumentando que la organización no ha condenado al grupo terrorista por supuestamente llevar a cabo operaciones desde hospitales ni por presuntamente apropiarse de ayuda destinada a la población civil de Gaza. Hamás ha negado ambas acusaciones.