Tras la publicación de un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que acusa a Hamás de perpetrar graves actos de violencia sexual el 7 de octubre, el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Israel Katz, ha iniciado una ofensiva de relaciones públicas a nivel internacional.
La estrategia busca presionar a la ONU para que clasifique a Hamás como una organización terrorista y convoque una sesión inmediata del Consejo de Seguridad para discutir las conclusiones del informe.
En una carta dirigida a los diplomáticos israelíes en el extranjero, Katz les instruye a promover activamente el contenido del informe en entrevistas, redes sociales y reuniones con figuras políticas clave. Además, ha solicitado a cada misión diplomática que informe sobre sus esfuerzos para divulgar estos mensajes antes del 14 de marzo.
El ministro Katz destaca en su comunicado que es esencial impulsar la percepción de que la respuesta tibia de la ONU ante los hallazgos del informe podría interpretarse por parte de Hamás como una señal de que tales actos son tolerables y que no acarrearán sanciones significativas contra la organización.